COMPAÑÍA

 PRIMITIVA

DEL

GAS

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

- La compañía primitiva de gas -

 

 La que proveyó de gas a los barrios fue la "Compañía Primitiva de Gas "de origen inglés que había instalado sus usinas en Retiro, y hacia 1856 ya tenía colocados 1071 faroles. La compañía primitiva de gas dejo de funcionar como tal y cedió el terreno, ubicado frente a la estación Retiro, se transformó en La Plaza Fuerza Aérea Argentina, en la que posteriormente se edifico la Torre Monumental, conocida como Torre de los Ingleses. La provisión de gas solo atendía el alumbrado de las calles y el exterior de algunos edificios principales del centro de la ciudad, la galería de la Recova, el Cabildo, o bien el Departamento de Policía. El alumbrado eléctrico recién apareció a partir del 1900.

 

En 1777 el primer alumbrado publico lo establece el gobernador, luego virrey Juan José de Vértiz y Salcedo, con velas de cebo a dos reales por puerta, desde la plaza Mayor hasta el bajo de las Catalinas, donde se levantaba la iglesia y Monasterio de Las Catalinas

 

Los primeros faroles eran angostos y largos, y tenían en el centro una vela cuyo humo ennegrecía los vidrios y daban una luz débil y mortecina. Pasado medio siglo la iluminación continuaba igual. En 1848 los faroles eran alimentados por aceite de semilla de nabo. Tres años mas tarde y hasta el 25 de Mayo de 1856 todo el sector céntrico se alumbraba con aceite de potro.

 

  En el mes de mayo de 1824 y como parte de los festejos patrios, el Ingeniero Inglés Santiago Bevans, abuelo del presidente Carlos Pellegrini y constructor fue contratado por Rivadavia, logró alumbrar en la Plaza de la Victoria, la Casa de Policía, dos fuentes de agua y formar con caños de fusiles la frase VIVA LA PATRIA. El conjunto al decir del propio Bevans, constó de 350 luces. Por primera vez, la Ciudad de Buenos Aires vio la iluminación de gas. Por un sencillo gasómetro ubicado a mts de la Curia, casa de los Azcuénaga, hoy esquina Rivadavia y Reconquista se lograba alumbrar la pirámide.

 

 

En 1850 se instala el alumbrado a gas

 

El 14 de abril de 1851 ensaya en plaza La Victoria la iluminación a gas de carbón, con un equipo instalado en la casa de los Azcuénaga, donde el ingeniero Bevans había trabajado casi 27 años atrás. Un gran letrero *Viva Rosas* y dos faroles se encendieron con buen resultado, las letras tenían pequeños orificios por donde el gas brotaba y ardía.

 

 

Las obras de gas de Buenos Aires, establecidas por el Ingeniero Guillermo Bragge en 1853, fue la primera empresa de esta clase en el Río de la Plata.

 

 

En las inmediaciones de la plaza de Retiro se construye un gasómetro y se establecen los dos primeros servicios de ómnibus tirados a caballo, con punto de partida en la plaza de la Victoria. Son casi diez líneas.

     
 

El gas se extraía del carbón de hulla que se importaba a Inglaterra y

 llegaba en los buques británicos como rezago, y a costos muy elevados.

 

 
     

 

El ingeniero Santiago Bevans traído por Rivadavia en 1821 fue el primero en instalar el alumbrado a gas en la plaza de la Victoria el 25 de mayo de 1823. "El ingeniero era entonces el jefe del Departamento Hidráulico había sido traído para la construcción del puerto de Buenos Aires. Bevans había construido un gasómetro en el hueco aledaño a la Catedral y medianero a la finca de la familia Azcuénaga. Con 350 luces consiguió iluminar la Plaza de la Victoria y el antiguo Seminario, ocupado ya por el Departamento de Policía. Por fin en 1853, la Sala de Representantes autorizó al Poder Ejecutivo para contratar el alumbrado a gas de la Capital. "El alumbrado de las calles se realizaba mediante faroles alimentados con aceite de semilla de nabo o de potro; pero en este año (1854) se inició la era del gas, siendo las calles Bolívar; Victoria (H. Yrigoyen) y Chacabuco las primeras que hubieron de gozar de tal servicio. La empresa encargada de los trabajos fue la Compañía Primitiva de Gas instalada desde el año anterior en Retiro a orillas del río, la que colocó los primeros quinientos faroles en la vía pública y suministró también el fluido para la iluminación particular.

 

 

El muelle de pasajeros, que estaba ubicado en el bajo de la Merced, entre Piedad (hoy Bartolomé Mitre) y Cangallo, frente al Paseo de Julio. Foto de 1888. Construcción de Puerto Madero, fotografía de Dársena Norte, a la izquierda gasómetro de la Compañía Primitiva de Gas y parte del antiguo Hotel de Inmigrantes-

 

 

 

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"En la Navidad de 1893 la Compañía General de Electricidad inaugura el alumbrado eléctrico con lámparas de arco. El 25 de mayo de 1894 la Usina Municipal de la calle Alsina (entre Balcarce y Defensa) instala 36 lámparas en la Plaza de Mayo."

 

 

 

 

IMPORTANTES CAMBIOS

 

En setiembre de 1856 se terminaron los medidores y contadores domiciliarios. Se arregla con los usuarios un importe mensual pero no funcionó ya que se abusaban del consumo. En 1857 comenzaron los reclamos ya que luego de las 11 de la noche las calles permanecían a oscuras y eran muy escasos los faroles encendidos. En 1856 se produce la primera huelga de los obreros del gas. En 1864 la compañía del gas tuvo un competidor. La gas Argentino en Corrales.  Sucesivamente se fueron instalando, transformando y absorbiendo entre 1872 y 1890 varias empresas como la Nueva, la Río de la Plata y Belgrano. Al finalizar el siglo XIX 4 fabricas suministraban el gas para alumbrar la capital. En 1910 todas se fusionan en la compañía primitiva de Gas. En 1919 por un conflicto se resuelve reemplazar el alumbrado a gas por la electricidad derivándose el combustible hacia las cocinas y calefones que ya habían comenzado a instalarse en las viviendas. Recién en 1938 fueron retirados los últimos 39 faroles a gas.

 

"El 25 de mayo de 1856 se ilumina con gas el Cabildo, la Catedral, la Municipalidad, la Recova y el Fuerte. El sistema logra un éxito total y pronto proliferan las empresas dedicadas a la producción y provisión de gas. En 1873 los faroles de la Plaza de la Victoria estaban colocados sobre columnas de cinco faroles; para entonces se sustituyeron los cuatro de los ángulos de la Pirámide por otros más elegantes. La plaza 25 de Mayo también aumentó la iluminación."

 

 

En 1887 según el censo había en la ciudad 5079 faroles a gas y 3160 a kerosene de un total de 33804 casas. Solo 12211 estaban alumbrados a gas. 

Vista de la primitiva estación Retiro, sobre actual avenida del Libertador y Fábrica de Gas, actualmente plaza Britania, según el epígrafe, en la Ciudad de Buenos Aires.

 

La Municipalidad había fijado el impuesto del alumbrado en 1858-

 

LA TASA ERA DE 5 PESOS PARA LAS CASAS DE FAMILIA

Y 10 PESOS PARA LOS NEGOCIOS Y ESTABLECIMIENTOS PÚBLICOS.

 

En 1859, son 1.454 los faroles públicos de gas, y 11.043 las luces en las casas; veinte años después, en 1879, hay 2.798 y 122.000 respectivamente.

 

Más empresas son fundadas en Buenos Aires, que pierde su exclusividad en 1870, cuando el servicio de gas comienza a operar en Rosario; en 1874 lo hace en Belgrano y en 1876 en Flores, dos municipios independientes de Buenos Aires, ciudad a la que han de incorporarse en 1887. Hay gas en Córdoba desde 1884, en La Plata desde 1888, en Mendoza desde 1889, en Paraná desde 1890. La electricidad inicia su arremetida a fines del siglo, y en 1920 desplazará al gas de calles y casas como fuente de iluminación.

Comienza entonces el segundo período, el de los nuevos usos del gas, esbozado en los años iniciales del siglo XX. Ahora el gas es utilizado para cocinar, para calentar agua, para brindar calefacción y para mover máquinas, entre ellas, las productoras de electricidad. En Buenos Aires, con el objeto de acrecentar su clientela, la Compañía Primitiva de Gas – establecida en 1910 por la fusión de las tres empresas del ramo – instituye un programa de clases de cocina, que hará la fama de doña Petrona Carrizo de Gandulfo.

 

 

 La fábrica de gas funcionó allí durante más de cincuenta años. Los gasómetros eran grandes cilindros metálicos que se usaban como depósitos de gas de hulla, distribuidos por distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires. Según la cantidad de gas existente, variaba la altura del tanque. Siempre  llamó la atención las diferencias de altura que presentaba el gran cilindro, pero ignoraba las razones por las que ocurrían esas diferencias. Uno de sus objetivos era el de comprimir el gas aumentando su presión, a fin de alimentar las cañerías hogareñas para cocinar o para la calefaccionar, a partir del año 1919.

 

 

 

Para 1910 ya había en Buenos Aires doce gasómetros y en 1912 se puso en funcionamiento el de Malabia al 1800, el más grande de la época.

 

Pertenecían a la Compañía Primitiva de Gas de Buenos Aires Ltda., las cocinas metálicas, muy sólidas, de hierro fundido. Había gasómetros ubicados en la esquina de Rivadavia y Boedo, y de Boedo y San Carlos respectivamente, muy cercanos a la Usina de GAS Argentina, en la calle Rivadavia, entre Maza y Boedo.

 

 

Gasómetro de las avenidas Gral. Paz y Constituyentes

 

Imagen aérea de la zona del Gasómetro de Av. Constituyentes, con la vieja fabrica Grafa de fondo (actual Wal-Mart). Año 1962-Fuente: Archivo Gral. de la Nacion

 

Desde hace más de medio siglo, el monumental gasómetro de las avenidas Gral. Paz y Constituyentes representa un misterio para los habitantes del barrio. Se encuentra en el interior del Centro Operativo San Martín, hoy perteneciente a la empresa Gas Natural BAN. Con sus ochenta y cinco metros de altura y cincuenta de diámetro, era parte de una fábrica de gas de carbón y coque que proveía combustible para, principalmente, iluminar las casas y las calles por medio de los antiguos faroles.

 

YPF comenzó a instalar redes de captación de gas en sus yacimientos de Comodoro Rivadavia, gas que normalmente se “venteaba”. Para ello, se construyó un gasoducto de 1605 kilómetros, inaugurado el 29 de Diciembre de 1949. Los elevados costos del gas, descendieron vertiginosamente. La producción de gas de hulla dejó de ser rentable y los gasómetros dejaron de funcionar. Sólo queda en pié el Gasómetro de Avenida General paz y Avenida Constituyentes, como un mudo testigo de ese Buenos Aires que se fue.

 

 

En la base había una gran pileta con agua, donde descansaba el segundo tanque como un gran vaso invertido sobre un plato sopero con agua. Ese vaso recibía el gas y su presión elevaba el tanque interior. Ese movimiento de ascenso y descenso era posible gracias a unos rodillos guía apoyados sobre las paredes interiores del gasómetro. Esa era su principal función; además de servir de protección, mantenía estable el tanque interior.

 

 

En 1940 se comienza a discutir la idea de aprovechar el gas natural de Comodoro Rivadavia (de petróleo) y en marzo de 1945 se decretó la nacionalización del gas, asistiendo el vicepresidente de facto Juan Domingo Perón a la toma de posesión de las instalaciones de la Primitiva de Gas. Por iniciativa del ingeniero Julio V. Canessa, designado por YPF director de los servicios de gas para la Ciudad de Buenos Aires, la empresa comenzó a instalar redes de captación de gas en sus yacimientos de Comodoro Rivadavia. El 1 de enero de 1946 se creó la Dirección Nacional de Gas del Estado en forma independiente a la petrolera estatal, siendo su primer director el ingeniero Canessa.
 

 

 

Desde los primeros tiempos del gas había gente que se empeñaba en dañar faroles y cañerías cortando tubos, o cerrando válvulas. La prensa hacia denuncias.

 

Las casas de los Azcuénaga- En el año 1782, don Miguel de Azcuénaga adquirió dos casas construidas en el terreno comprendido entre el cementerio de la Catedral y la calle San Martín( Reconquista) El prócer habitó la lindera con la necrópolis, que era un edificio de una sola planta con techo de tejas y amplias habitaciones interiores. Allí se reunieron los patriotas en tiempos de la Revolución de Mayo. Años más tarde, el local fue ocupado por una imprenta llamada “La Revista”. La casa de la esquina, que por herencia de Azcuénaga obtuvo el virrey Olaguer y Feliú, tenía un piso alto y la planta baja era ocupada por un comercio.

 

En la ultima función del Colón con *el trovador* en mayo de 1857 se produjo un gran escape de gas por la rotura con un hacha, de un caño del Paraíso, a la salida de esa misma representación todo el teatro queda a oscuras por un acto de sabotaje. En julio la situación se había vuelto a repetir.

 

 
           

 


 

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