CASA

DEL

RETIRO

Arcón de Buenos Aires

 

 

CASA DEL RETIRO

Hoy solar ocupado por el Ministerio de relaciones exteriores.

Construida a principios de este siglo en la intersección de las actuales Esmeralda y Maipú por el gobernador Agustín Robles, muy próxima de la ermita de San Sebastián que se situaba a una cuadra de la calle Florida, lugar donde se practicaban retiros espirituales, existente en 1608. Con esta denominación se reconoce como RETIRO la zona de Buenos Aires desde principios del siglo XVIII. En 1703 Miguel Riblos le compra a Agustín Robles la casa y luego la alquila a La Compañía Francesa de Guinea que exportaban negros esclavos. Riblos quiebra y vende a la compañía mar del Sur:  "South Sea Company.

Más tarde en su lugar se edificó  la Plaza de Toros, de forma poligonal y con capacidad para 10.000 espectadores.

 

Su nombre proviene de la misma Casa del Retiro. Constaba la casa de tres salas con cielos rasos de cedro labrado, treinta y nueve cuartos en dos plantas, unidas por doce escaleras con barandillas de balaustres torneados, 7 ventanas con rejas de hierro y sótano y dependencias anexas. Entre el moblaje se contaba una docena de cuadros al óleo, incluido el retrato de Felipe V, muebles de nogal, mesas y escritorios de jacarandá, un biombo de ocho bastidores pintados con escenas de montería y batallas, etc. Y en la cochera lucía un carruaje con tachuelas doradas, con vidriera y forrado por dentro en damasco carmesí.

La mansión estaba rodeada de un fuerte con numerosos cañones. El verdadero dueño de la Casona, don Agustín Robles, fue la máxima autoridad del Río de la Plata entre marzo de 1691 y 1698. Algunos años después, en octubre de 1703, la "casa de campo", con frente sobre la actual calle Arenales, entre Maipú y Florida, aparece ya siendo propiedad de don Miguel de Riglos.

El nuevo dueño, Miguel de Riglos hombre alto, rubio, elegante, estilaba vestir frac azul con botones de metal amarillo, relacionado con todo el mundo, estimado de todo el mundo, defensor de pobres y menores; hombre, en fin, cuyo único defecto era la excesiva cortesanía. Era un hombre de fortuna gracias a sus dotes de inteligente comerciante. En 1674 Riglos logra exportar 500 cueros.

Negros esclavos

 La quinta fue vendida en enero de 1718 a la "South Sea Company", la también llamada más "familiarmente": "Compañía Inglesa de la Mar del Sur" dedicada al tráfico de negros esclavos. Los pobres negros eran cazados en el interior del continente africano y arrastrados como ganado hacia la costa donde se los embarcaba en larga travesía hacia América. Viajaban desnutridos, malolientes y enfermos. Los que sobrevivían en la travesía eran marcados y vendidos en remates que se hacían en el patio del retiro. Se los llevaban luego al interior o a estancias de jesuitas.

 A través de esta empresa y del Fuerte, la zona comenzó a tener mucho movimiento y se la identificó como Barrio del Retiro. Poco después la casa tuvo por destino alojar a los esclavos llegados a Buenos Aires. La empresa negrera tenía el privilegio de introducir en América 144.000 esclavos o "Piezas de Indias", como se los denominaba, a razón de 4.800 por año, valiéndose de varios puertos que iban desde el de Veracruz al de Buenos Aires.

 Luego en 1726, por diferencias comerciales entre España e Inglaterra, el negocio fue clausurado, y la zona abandonada hasta que, en 1801. Se calcula que por este medio llegaron a ingresar al Río de la Plata legalmente, es decir, sin contar las introducciones fraudulentas vía contrabando, 8.000 esclavos.

 Volviendo a El Retiro, la casa de campo pasó a ser conocida como la "Quinta de Riglos".

 

ANTIGUO CUARTEL DE RETIRO-

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El cuartel fue construido en 1819 y modificado en 1883, se le agregó un piso mas.

 

 

Su casa en la Ciudad en la calle Bolívar

Su casa en la Ciudad era una de las pocas casas de altos de un solo piso. Estaba ubicada en la Plaza Mayor, pegada al edificio de la Policía, sobre el frente del Cabildo y conocida por ser de dos plantas como los "Altos de Riglos" donde actualmente se halla el Palacio Municipal.

La esposa se llamaba Dolores Villanueva que lucia modelos de vestidos desde su balcón con su mantilla y el rosario de brillantes y salía acompañada por su negrito a hacer visitas eclesiásticas y sociales. Desde su balcón también imponía la moda a las mujeres que la observaban. Esta magnífica casona adornada con óleos y rico mobiliario, fue durante años una de las que sobresalieron por las espléndidas tertulias que en ellas se efectuaban y de las que participaban las familias de la sociedad porteña en la primera mitad del Siglo XIX. Poseía 39 salones, cuatro de ellas con capacidad para 200 personas. Las escaleras de acceso al nivel superior eran 12 todas lustradas en madera y talladas. El bacón mas nombrado que tuvo la capital fue el  de esta familia y ello se debía a la generosidad de su dueño. La casa estaba ubicada en la calle Bolívar. La baranda de su balcón se realizo en la herrería de Cardoso de Acuña. Tenia bacón hacia la plaza como el mas importante mirador. Ya en el año 1889 habitó la casa Tomas de Anchorena casado con su hija Mercedes. La casa se mantuvo en pie hasta que a comienzos del año 1913 fue demolida con motivos del trazado de la Diagonal Norte. También Los Altos de Urioste fue demolida par esa época. Su largo balcón histórico fue adquirido por José Maria Achaval quien lo hizo colocar en su residencia de Callao 1554 también hoy inexistente.

También la de Riglos fue casa de altos. Esta casa perteneció a este aristocrático dandy quien hacia reuniones en su casa de hasta 200 invitados con cubiertos de oro y plata. Su señora lucia modelos de vestidos desde su balcón con su mantilla y el rosario de brillantes y salía acompañada por su negrito a hacer visitas eclesiásticas y sociales. Desde su balcón también imponía la moda a las mujeres que la observaban.

 

 

IMPORTANTE

En 1597 dos portugueses desembarcaron el primer grupo de esclavos. Apriori el obispo Francisco de Vitoria en 1585 trajo los primeros esclavos en un barco de su propiedad.

En Octubre del 1726 se ordenó a un navío que había sido cargado de de 300 a 400 negros con viruela que hiciese la correspondiente cuarentena en el arroyo de San Francisco en la costa Uruguaya entre la guardia de San Juan y la de la Vacas.

Un esclavo podía acordar un precio con su amo para comprar su libertad. Y cada transacción con esclavos era registrada legalmente, como quien compra hoy un automóvil o una propiedad. Además, eran pocos los esclavos desembarcados en estas tierras que se quedaban en la ciudad. Por nuestras costas entraron millones de esclavos que, en general, eran inmediatamente derivados hacia el Alto Perú (hoy Bolivia) o la campiña bonaerense para tareas agrícolas.

Venían por las aguas del Rio de la Plata en barcos, los negros y esclavos desde el Congo, Mozambique, Benguela (Angola) y Guinea. Los negros podían ser cazados en otras regiones, por otras tribus que los esclavizaban y luego los vendían a los holandeses, ingleses y portugueses, que los traían hasta aquí. Una vez desembarcados en Buenos Aires, después de ser revisados, tasados y carimbados a fuego, eran vendidos como “negros bozales” o “costal de huesos”. Los propietarios los bautizaban y les ponían un nombre y su propio apellido como indicación de que les pertenecían. Cuando aprendían el idioma y un oficio pasaban a llamarse “ladinos”.

  El relevamiento del Archivo General de la Nación confirma que la trata de esclavos en la América española atravesó diversas etapas durante los siglos XVI a XIX. "Ya entrado el siglo XIX, la Asamblea de 1813 determinó la libertad de vientres y abolió el tráfico de esclavos, que sin embargo continuó hasta más allá de mediados de ese siglo, a pesar de que la Constitución de 1853 abolió la esclavitud definitivamente". La esclavitud fue abolida por todos los países americanos a lo largo del siglo XIX, lo que en el caso de Estados Unidos generó una fuerte tensión política que desembocó en la Guerra Civil Estadounidense.

Los negreros efectuaron el llamado "comercio triangular". Cargaron ron, tabaco y armas en Europa, lo cambiaron por esclavos y marfil en África y vendieron los esclavos con lucro en América, de donde regresaron con materias primas y minerales a Europa. Durante el tránsito aproximadamente 50 % de los esclavos moría. No hay cifras exactas sobre las víctimas de las atrocidades cometidas. Expertos estiman que entre los siglos XVI y XIX un total de cien millones de personas fueron deportadas o murieron durante la deportación. Esta cifra se refiere al tráfico total (occidental y oriental), contando también los muertos de las guerras de esclavización. Las estimaciones del número de esclavos que fueron transportados a las Américas alcanzan casi los 14 millones.

Según el padrón de Buenos Aires de 1810:


• En el hospital de los Betlemitas había 16 esclavos que eran, mucamos,
enfermeros y camilleros.
• De los 240 sacerdotes de la ciudad, 23 de ellos poseían 85 esclavos.
• Los 48 hacendados de Buenos Aires poseían 120 esclavos.
• De los 301 carpinteros, 64 poseían esclavos.
• De los 284 zapateros, 45 se repartían 109 es- clavos.
• Benito de Aispurúa un sombrerero poseía 32 esclavos.
• De los 547 comerciantes, 233 poseían 998 es- clavos.
• Los 364 pulperos poseían 324 esclavos.
 

 

 Emilio Biekert

  En agosto de 1868 la quinta se vende al cervecero francés Emilio Biekert casado con Ana. Este a su vez vende la mitad de la propiedad a José Manuel de Estrada. Emilio Biekert muda alli la cervecería que tenia instalada en el barrio de Balvanera con 40 empleados. Servia de guía para los navegantes.

Emilio Bieckert, nacido en Estrasburgo descendiente de una antigua familia francesa propietaria de una fabrica de cerveza en Barr, Estrasburgo. Aquí en Buenos Aires sin dinero se emplea en la cervecería Santa Rosa.

Luego en 1858 viajo a Chile y allí funda la primera cervecería. El procedimiento era puramente artesanal : tomaba una pequeña cantidad de granos de cebada, los frotaba entre sus manos y los soplaba hasta que. estos granos quedaban limpios y libres. En 1859 regresa a la Argentina y funda una cervecería en calle Piedad y Azcuénaga en 1860. Al principio trabajaba con un solo peón, pronto incorporo mas obreros y se mudo a salta 12 donde estuvo 7 años.

El destino definitivo del establecimiento estuvo en Esmeralda y Juncal. En 1886 empleaba 600 personas. Alli se monta a comienzos de la década de 1880 la primera fábrica de cerveza del país, y se puso en marcha la primer fábrica de hielo del país, pero en el interior se podían refrescar bebidas, conservar alimentos y preparar helados con el hielo que unos veloces jinetes denominados “heleros” traían desde los picos andinos y subandinos. En Mendoza, por ejemplo se comen helados desde 1826.”

 Hasta ese momento, el hielo se importaba en barcos preparados especialmente desde Italia y Estados Unidos y se almacenaba en la gigantesca cámara del Teatro Colón, con capacidad para unas mil toneladas de material. El establecimiento equipado a semejanza de los europeos y su fundador tuvo en cuenta todos los adelantos en la fabricación del producto.

 Bieckert tuvo oportunidad de llevar muestras de su cerveza a Europa que merecieron premios en París y Amberes. Convencido por el éxito del proyecto, Bieckert contrató a técnicos especializados en Alsacia y monta a comienzos de la década de 1880 la primer fábrica de cerveza de la Argentina; añorando los gorriones de su ciudad natal, junto con la maquinaria hizo importar 13 jaulas de aves para soltar en Buenos Aires.

En 1895 Emilio Bieckert es el dueño de una fábrica cervecera valuada en 600.000 libras esterlinas.

En la ultima década del siglo el industrial vende fabrica y terrenos al empresario naviero Nicolás Mihanovich para particionarse en lotes que se vendieron en un solo año.

           

 


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