PLAZA

 

HOTEL

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

 Plaza Hotel

 

El primer hotel de lujo de cinco estrellas fue inaugurado el 15 de julio de 1909 con una fiesta a la que asistió la aristocracia argentina, aunque faltó su fundador. Es un hotel emblemático, inaugurado, previo a los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo. Se caracteriza por ser uno de los más tradicionales hoteles de lujo de la ciudad de Buenos Aires.

Albergó a grandes personalidades de todas las épocas.

 

FLORIDA 1005-

 

 Ernesto Tornquist, empresario, diputado y banquero, había muerto un año antes que pueda disfrutar de la elegancia que construyó el arquitecto alemán Alfred Zücker, el mismo que levantó la Catedral de San Patricio, en Nueva York. Ernesto Tornquist tuvo la brillante idea de levantar un hotel que pueda compararse con famosos hoteles de Londres, Paris y Nueva York.

 

El predio había pertenecido a una casa de neumáticos de don Adriano Urbani. En su origen este hotel tenía 160 habitaciones y 16 suites, y fue el primero que contó con ascensores. Fue tambien el primer lugar público con aire acondicionado, con grandes ventiladores que tiraban aire frente a barras de hielo del salón comedor.

 

 La decoración sin duda era comparable a los salones de Versalles en Francia.
Los más famosos escritores, artistas, presidentes y reyes lo eligieron como residencia durante sus viajes, porque difícilmente podrían encontrar, aún en otros sitios del mundo, una atención tan especial y una cocina de tan notable excelencia.


La obra se inauguró en plena “Belle Epoque” del país, a solo un año antes del festejo del Centenario de la Independencia, asistiendo gran parte de la sociedad porteña y autoridades como el presidente de Argentina, en ese entonces José Figueroa Alcorta, que gobernó desde 1905 a 1910.


El Plaza fue remodelado muchas veces para adecuarlo a los tiempos, pero sigue conservando su incomparable aire de distinción.


Desde 1995, el hotel pertenecía a la cadena americana Marriott.


Desde el Snack Bar La Terrase, del Fitness Center donde se ubica la piscina, se aprecia una interesante vista a la plaza San Martín.

 

Junto con los palacios Paz y Anchorena (hoy Círculo Militar y Ceremonial de Relaciones Exteriores, respectivamente) este hotel y sus suntuosos salones, marca el ambiente que vivía la zona de Plaza San Martín en los años del Centenario, Plaza fue el primero en su genero en toda América del Sur.

 

 

Cuando Don Ernesto Tornquist proyectó el primer hotel a gran escala en la Ciudad, el Kavanagh aún no existía, la Plaza San Martín no tenía la majestuosidad de estos días y desde la barranca se podía ver el paso de los barcos por el Río de La Plata. Lejos de las zonas habitadas por la alta burguesía porteña y del circuito de hoteles, que se arremolinaban en torno a la avenida de Mayo, Don Ernesto pateó el tablero y, en tiempo récord -solo dos años- construyó el que fue considerado el primer rascacielos porteño y un punto de encuentro de intelectuales, artistas, la nobleza europea y famosos.

 

 

Este predio de Buenos Aires del año 1880 lo ocupa hoy el Plaza Hotel

 

 

  haga click en la imagen para ampliar

 (fotos panorámicas)

 

 

 

 

1910

En el Plaza también se cocinaron anécdotas para la historia. El ex presidente Marcelo T. de Alvear logró que bautizaran un postre con su nombre. El Gateau Alvear aún se sirve y es una delicia de hojaldre, dulce de leche y crema. Pavarotti también figura en el menú, con una salsa a base de crema y hongos. "Muchachito, muy bueno estaba tu lomo", felicitó Tita Merello al chef que preparó un paillard para su cumpleaños, en 2001.

 

 

En la fotografía aun no estaba el edificio Kavanagh. El Hotel tenía el primer ascensor de vapor en la Ciudad. Cuenta la historia que la mujer de don Ernesto, Rosa Altgelt, tuvo una participación determinante en el proyecto: ella solía bordar en uno de los pisos superiores de la casa y pidió que la nueva construcción no le tapara la luz. Por eso el hotel quedó retirado de la línea municipal y allí se proyectó el acceso para los carruajes.

 

En 1932 para ampliar la Plaza San Martín extendieron los jardines hasta el pie de la barranca frente a la avenida Alem y  fueron demolidas varias manzanas. En el centro El característico Pabellón Argentino. A la izquierda se observa el edificio del Plaza hotel, y a la derecha el magnifico palacio de la familia Paz que hoy es el Circulo Militar. Aun el edificio Kavanagh no había sido construido.

 

Hoy tiene 300 habitaciones

 

En la fotografía aun no se había construido el kavanagh. Se divisan las cúpulas de la iglesia del Santisimo Sacramento, y a la derecha se encuentra el palacio Paz.

 

 

Foto del 1919. Contaba con servicios propios de panadería, fabrica de hielo, imprenta, tapicería, ebanistería, sastrería, taller mecánico, lavadero, tintorería, con bodega propia. También contaba con consultorios médicos, salones de masaje, baños turcos, guardería para niños y en la actualidad con los avances los adelantos deben ser de avanzada.

 


Ernesto Tornquist se formó como empresario en Europa y cuando volvió a la Argentina fundó 40 empresas y también el pueblo que lleva su apellido, en provincia de Buenos Aires. "Hablar de la historia del Plaza Hotel es hablar del crecimiento de Buenos Aires, cuando la ciudad se convirtió en la más importante de Sudamérica y la octava en importancia del mundo. El momento culminante fueron los festejos del Centenario. Para 1910 en la Ciudad vivían 1.200.000 personas, circulaban 2.000 tranvías eléctricos y comenzaba la construcción del subte, se publicaban 23 diarios y había alrededor de 90 salas de cine". Jorge Enrique Shaw, es bisnieto de Ernesto Tornquist. FOTO COMEDOR DEL PLAZA-

 

Señores y señoras de Anchorena, de Urquiza Anchorena, de Bustos Morón y señorita de Olazábal en el Plaza Hotel durante los festejos de año nuevo.

Revista Caras y Caretas del 12 de enero de 1935
 

 

 

La edificación de la derecha es la residencia privada de Tornquist se encontraba frente al Plaza, cruzando la calle Charcas (hoy, Marcelo T. de Alvear).

 

 

Fue el primer hotel con escalera mecánica, teléfono, agua corriente fría y caliente, flores frescas y portero uniformado. Desde su inauguración, fue elegido por las familias más tradicionales. Carlos Tornquist, hijo de Don Ernesto, organizaba allí bailes, banquetes y recepciones. Las tardes de domingos estaban dedicadas al té y a las partidas de bridge.

 

 

 

 

 

 

 

El Plaza hotel, El edificio Nordiska y el edificio que reemplazó al Sánchez Elía (1936).

 

  Nordiska se especializaba en muebles de estilo, tapices y pintura de escuelas del norte de Europa y tuvo a su cargo en nuestro país la venta de gran cantidad de cuadros pertenecientes a museos alemanes que tuvieron que desprenderse de gran parte de sus fondos -con la autorización del gobierno de la República de Weimar- debido a la gran crisis de los años veinte en la primera postguerra.
Fuente: La Nación 22/06/18 by Agustin_M-SSCArgentina.

 

 

 

 

 Uno de los peores momentos que fue testigo el hotel fue el final de la dictadura y la Guerra de Malvinas, cuando casi no había huéspedes a quienes alojar. Dueño de una historia que refleja un país que pudo ser, hoy es un hito en un rincón de aquella Buenos Aires que muchos imaginaron como la "París de Sudamérica".

 

 

 

 

 

El Plaza Hotel

 

 Contó con comodidades excepcionales para la época, como una central telefónica, ascensores Otis, red de agua fría y caliente, y una innovación conocida como ropero americano, que no era ni más ni menos que el placard.

Construido en la zona de Retiro y frente a la Plaza San Martín sobre la calle Florida, en un terreno adonde tambien antes funcionó un depósito de carbón, fue el primer edificio de nueve pisos de Buenos Aires (y el más alto, en su momento), aunque sería ampliamente superado luego por el rascacielos Kavanagh, construido en la década del 30 a metros hacia el este.

 

En 1907, la residencia privada de Tornquist se encontraba frente al Plaza, cruzando la calle Charcas (hoy, Marcelo T. de Alvear) y, según se relata, el proyecto original de Zucker tuvo que ser modificado porque el hotel habría proyectado sombra sobre la casa de su propietario. Por eso, se realizaron modificaciones: el proyecto fue corrido unos metros hacia el este y su planta fue girada para ajustarse a esa parte del irregular terreno. La parte correspondiente a la esquina de la calle Charcas se dejó sin construir, y fue recién en 1913 que los arquitectos Giré y Molina Civit construyeron la actual entrada de carruajes en ese rincón.

El Plaza Hotel continuó creciendo, fue modernizado en 1934 (cuando perdió mucha de su ornamentación de fachadas y sus salones adquirieron la estética art decó de moda), y entre 1942 y 1948 se amplió con un anexo de grandes dimensiones hacia el lado de la calle San Martín, que se distingue del edificio original por su menor ornamentación y mayor sobriedad. En 1977, con motivo de la celebración de la Copa Mundial de Fútbol de 1978, fue nuevamente remodelado por los arquitectos Clorindo Testa y Héctor Lacarra y se aumentó su capacidad.
 

 

 

 

  Plaza Hotel  ayer año 1925

 


  Plaza Hotel hoy

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre los huéspedes ilustres que lo visitaron se destacan Theodore Roosevelt, Farah Diba, Indira Gandhi, Joan Crawford, Catherine Deneuve, Sophia Loren, Walt Disney, Louis Armstrong y Luciano Pavarotti, el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía de España, Bing Crosby, Alain Delon, el talentoso jugador de fútbol Pelé, la cantante María Callas y el doctor Albert Sabin, para nombrar sólo algunos.

 

Otros miembros de la realeza europea; Andre Agassi, Björn Borg, Karpov y Nelson Piquet; Ortega y Gasset y Julián Marías; los primeros astronautas en pisar la Luna, Neil Armstrong y Michael Collins; Arturo Toscanini, Enrico Caruso, Edith Piaf y Alain Delon, entre muchos otros. Cuando el general Charles De Gaulle se hospedó en el hotel hubo que construirle una cama, porque por su altura, todas le quedaban chicas. Después la uso Rock Hudson.

 

Otros que se hospedaron fue Luciano Pavarotti, quien vivió un mes y medio en el hotel. Pidió que le colocaran una cocina en su suite y compró una mesa en la que habían comido María Callas y Arturo Toscanini. Otro de los famosos que lo impactó cuando aún era muy joven fue Charles Bronson: "Se pasaba meses en el hotel. Armaba sus mesas de póquer y jugaba durante horas.

 

 

  Si las paredes del Plaza Hotel hablaran, contarían mil y una anécdotas sobre el universo de personalidades ilustres que desfilaron por sus pasillos en estos 95 años. Lujo, confort y un silencio parecido al de los museos crean un clima discreto. Desde entonces las mesas del tradicional bar y del famosísimo restaurante Plaza Grill fueron escenario de encuentros de hombres de negocios con príncipes y políticos que supieron —y saben— degustar los platos típicos. Huevos Po Parisky, medallón de lomo Orloff y soufflé glacé Grand Marnier, entre otras exquisiteces, se servirán este mes como parte de los festejos. El Menú Histórico tiene su precio por persona, con vinos de la bodega del hotel, que llegó a contar con un millón de botellas.

 

La familia de Ernesto Tornquist continuó trabajando en la empresa y aún hoy siguen allí sus herederos; bisnietos y tataranietos de Don Ernesto. Uno de los bisnietos, Jorge Enrique Shaw,  recordó a algunos de los personajes que dejaron su huella en el Plaza.


La cocina sigue siendo criolla y francesa, como gustaba a la clase alta porteña de aquellos tiempos. Todavía se preparan platos como los huevos Po Parisky (pan ahuecado con huevos pochados) o las mollejas Demidoff. Pero el más sofisticado es el Pato a la Prensa (para 2 personas), con foie grass, finas hierbas y oporto, preparado con una de las pocas prensas de plata de Sudamérica. La anécdota: en 1987 Luciano Pavarotti fue a la reinauguración del Grill y dejó de souvenir su receta para preparar la salsa. Conserva el hogar estilo Tudor, ornamentado en bronce; la parrilla de hierro forjado; las cerámicas Delft holandesas y los abanicos de Pakkah (Pakistán) que cuelgan del techo.

 

Después de una negociación que duró más de dos años, el grupo Sutton, dueño del tradicional hotel Alvear, formalizó la compra del Plaza Hotel, gerenciado por la cadena Marriott. La operación se concretó por $280 millones e incluyó la compra del 99,77% de las acciones que tenían hasta ahora más de 60 accionistas, entre ellos los descendientes de las familias Tornquist y Shaw. Con la compra del Plaza Hotel, el grupo Sutton –dueño también de la mitad del Llao Llao– amplía su participación en el segmento de hoteles de lujo. Se suma al nuevo Alvear Art, ubicado en Suipacha, entre Marcelo T. de Alvear y Santa Fe, el Alvear Tower, en el Dique 2 de Puerto Madero, cuya apertura está prevista para 2016 y ya está vendido en un 40% y, finalmente , al Alvear Hotel & Residences, también en Puerto Madero. En total, será US$ 235 millones de inversión. El grupo (controlado hoy por David, Salomón e Israel Sutton) nació en los 60, cuando Saúl Sutton creó los perfumes Cannon. En 1985 compró el Alvear Hotel, que no funcionaba como tal; en 2000, adquirió Galerías Pacífico y el 50% del lujoso Llao Llao, donde el 50% restante es de IRSA. Y es dueño del Village Caballito.

El emblemático hotel, fundado en 1909, vuelve a llamarse Plaza Hotel a fines de Mayo del 2013.

 
           

 

Todas las imágenes e información aquí publicados han sido obtenidas de Internet, todas pertenecen a sus creadores. Si en algún momento algún autor, marca, etc. no desean que estén aquí expuestas, solicitamos que nos contacten para poder tomar las medidas oportunas. Si alguno de sus autores desea que su material sea retirado agradecemos que lo comunique ya que no pretendemos aprovecharnos de sus trabajos, solo darlos a conocer en forma de cultura y sin fines de lucro. Gracias