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ELLOS QUIENES ERAN? 
 
  
NADA MENOS 
QUE LOS PADRES DE LA ESCULTORA LOLA MORA, 
la Primera Escultora Argentina y Sudamericana y un gran ejemplo para su época y 
dentro de la historia del arte argentino. 
 
  
En julio de 
1895, Lola Mora (Dolores Candelaria Mora Vega) viajó a Buenos Aires en busca de 
obtener una beca de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes para continuar sus 
estudios en Europa. Un decreto firmado por el presidente José Evaristo Uriburu 
en octubre de 1896 acordó a “Dolores C. Mora, durante dos años, la subvención 
mensual de cien pesos oro ($ oro 100), para que perfeccione sus estudios de 
pintura en Europa”. Una vez instalada en Roma, en 1897, Lola logró ser aceptada 
como discípula del afamado pintor Francesco Paolo Michetti. 
  
  
  
  
  
 
 
A través de Michetti conoció al gran escultor Giulio Monteverde, quien era 
considerado por muchos como “el nuevo Miguel Ángel”, y le propuso ser su alumna. 
En pocos meses sus progresos fueron tales que el maestro le recomendó dejar la 
pintura para dedicarse exclusivamente al arte escultórico, consejo que la 
artista siguió sin dudar. 
 
  
  
  
 Lola Mora 
(1867-1936), pariente de Juan Bautista Alberdi 
 
            
 
Un extendido rumor le atribuyó una relación amorosa con su amigo el expresidente 
Julio Argentino Roca. Otros rumores aseguraron que era bisexual.  
 
En 1900 Lola regresó a su país luego de tres años de ausencia y aprovechó la 
oportunidad para negociar los primeros proyectos que ofrecería a la nación. Uno 
de ellos era una estatua de Juan Bautista Alberdi, a pedido del gobierno 
tucumano. El otro era la Fuente de las Nereidas, bocetada en arcilla, que Mora 
ofreció a la Intendencia Municipal de Buenos Aires para ser emplazada en la 
Plaza de Mayo. 
  
 
  
  
 
Lola llegó desde Roma a Buenos Aires con todas las partes de su obra magna 
embaladas, a fines de agosto de 1902. Los distintos fragmentos de la fuente -37 
toneladas embaladas en grandes cajas- viajaron en tren de Roma a Génova y, bajo 
la supervisión del embajador argentino en Italia, fueron embarcados en el vapor 
Toscana, que partió para Buenos Aires en agosto de 1902. Lola viajó en la 
primera clase del Duchessa di Genova, que arribó a la Dársena Norte el 30 de 
agosto. El monumento, pensado para ser emplazado en Plaza de Mayo fue finalmente 
levantado en Paseo de Julio y Cangallo, hoy Alem y Perón, debido a la 
controversia sobre la presencia de torsos masculinos y femeninos desnudos en 
cercanías de la catedral.  
  
  
  
  
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FOTOS PANORÁMICAS 
  
La fuente 
bien podía estar en cualquier gran ciudad del mundo. De hecho, cuando el boceto 
fue conocido en Roma, el municipio de Filadelfia (Estados Unidos) ofreció una 
suma elevada para que la obra integrara el pabellón de dicha ciudad en la 
Exposición de Saint Louis, y antes de ser embarcada en Génova, el alcalde de San 
Francisco quiso comprar la fuente por la suma de 150.000 francos. Lola desechó 
ambas propuestas. 
  
  
  
  
  
Cuando contaba con cuarenta 
años de edad en 1909 
matrimonio con Luis Hernández 
Otero, 
sobrino de José Hernández, 15 años menor que ella 
e hijo del Senador de Entre Ríos. 
El matrimonio, instalado en Italia, no prosperó porque el 
la abandonó cinco años más tarde. 
Lola vuelve a Buenos Aires donde se encarga de desarmar y trasladar su Fuente de 
las Nereidas hasta el emplazamiento actual en la Costanera Sur, donde por 
muchísimos años prácticamente no recibió miradas, solo criticas. Un poco harta 
abandona la escultura y se dedica a diversos proyectos. 
  
  El 
grupo escultórico representa el momento del nacimiento de Venus o Afrodita, “la 
mujer nacida de las aguas”, posada grácilmente sobre una concha marina que 
sostienen dos Nereidas, cuyo carácter fantástico está dado por las nítidas 
escamas que pueblan sus muslos y que, terminados en colas, se enroscan sobre un 
rústico pedestal rocoso. El motivo de la concha se duplica en la base que 
contiene a tritones-jinetes y los caballos, tensionados en pos de la diosa.
 
  
 
La escultura fascinó en su tiempo y fascina hoy por la intensidad de las 
figuras, por la osada combinación de texturas y por sus magníficas 
terminaciones. La escultora hizo posar por lo menos a tres hombres para modelar 
las figuras masculinas, entre ellos a Agesilao Greco De Chiaramonte, famoso 
esgrimista italiano.  
 
  
  
 
 
Aca en Buenos Aires se ha dedicado durante años a la realización de mausoleos, la 
mayoría de ellos ubicados en el Cementerio de la Recoleta. 
  
  
  
  
  
  
  
  
 
Con 67 años y agobiada por las deudas, Lola regresa a Buenos Aires en 1933. Vive 
en un departamento junto a sus sobrinas que son las encargadas de cuidarla. El 
gobierno le otorga una pensión en 1935, gracias a las gestiones de un diputado 
salteño. 
El 17 de agosto Lola Mora sufrió un ataque cerebral que la dejó postrada, 
quedando hemipléjica y sin posibilidad de abandonar el lecho, situación que se 
mantendría casi por un año, hasta que en junio de 1936 a los 69 años fallece. Al 
día siguiente, sus restos fueron depositados en el cementerio del Oeste, la 
Chacarita, junto con los de sus hermanas.  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
En 1977 sus cenizas fueron llevadas para reposar definitivamente en la Casa de 
la Cultura de Tucumán. El dia 17 de noviembre, día del nacimiento de Lola Mora, 
se toma como "Día Nacional del Escultor". 
  
  
      
		
		
      
  
       
  
 
            
 
            
 
										
                              
  
			Instaló un atelier provisorio en el edificio del Congreso Nacional  situado 
      en la cúpula nada menos cuando el Congreso Nacional se hallaba en 
      obras. Alli realizó las alegorías de la Paz, la Libertad, la Justicia, el 
      Trabajo, el Progreso y dos leones para la fachada (que años después serían 
      retiradas), las estatuas de Carlos María de Alvear, Mariano Fragueiro, 
      Facundo Zuviría y Francisco Narciso de Laprida. También esculpió los 
      bustos de Carlos Pellegrini y de Luis Sáenz Peña. Cada vez que pudo 
      escapar a la censura oficial, Lola Mora produjo sus obras más inspiradas: 
      las alegorías sensuales y semidesnudas que acompañan los monumentos de 
      muchos próceres, su original autorretrato, una figura de mujer surgiendo 
      del mármol virgen, los bustos de Martiniano González y del obispo 
      Reginaldo Toro, una delicada bailarina de bronce o su magnífico tintero 
      artístico. 
 
            
 
            
Este tintero se encontró 
sobre el escritorio presidencial desde el segundo mandato del Julio Argentino 
Roca y los años '90. Hoy se exhibe en el Salón de las Mujeres del Bicentenario 
de la Casa Rosada. 
  
  
  
  
  
Tintero presidencial 
cincelado en bronce realizado por 
 
la escultora tucumana Lola 
Mora, en 1905. 
  
    
UNA FUENTE QUE CAUSÓ RECHAZO ANTE UNA SOCIEDAD QUE NO ESTABA HABITUADA A LOS 
DESNUDOS SE LA LLAMO “LA FUENTE DE LOS ESCÁNDALOS”. 
 
 
La afamada FUENTE REALIZADA POR LA ESCULTORA TUCUMANA LOLA MORA, que hoy se 
encuentra en la Costanera Sur iba a ser colocada en Plaza de Mayo, pero no se 
instaló por llamarse en esa época "La fuente de los escándalos", entonces fue 
instalada en el PASEO DE JULIO- HOY AV. LEANDRO ALEM. 
   
    
 
 
En mayo de 1903 se descubre en el Paseo de Julio "La fuente de las Nereidas", 
solo en presencia de publico masculino. La escultora iba de escándalo en 
escándalo. Se decía que era amante del Presidente Roca y por eso tenia su 
atelier en el Congreso situado en la cúpula nada menos cuando el Congreso se 
hallaba en obras.
 
  
Esculpida en Italia, en 
mármol de Carrara, representa el nacimiento de la diosa Venus. DONADA por la 
artista al estado argentino. Embarcada en Génova, en el vapor “Toscana”, la 
fuente llegó a Buenos Aires en septiembre de 1902. Los últimos años de su vida 
LOLA los transcurrió en extrema pobreza. Una pensión le fue asignada poco antes 
de su muerte. Hoy la fuente esta protegida con cristal a su alrededor y aunque 
hubo intentos de traslado nuevamente no se logró por temor a que se parta esta 
magnifica obra. 
  
  
  
  
En 1918, 
durante la intendencia del Dr. Joaquín Llambías, la fuente fue trasladada al 
recientemente inaugurado Balneario de la Costanera Sur, realzando la elegancia 
del romántico paseo. Fue la propia Lola Mora quien dirigió el traslado y 
reemplazamiento de su obra, haciéndose cargo personalmente de los costos. 
  
 
  
  
  
  
  
  
En un principio a los costados de la escalinata de la 
entrada principal se encontraban dos grupos de esculturas de la artista 
Lola Mora (quien es la 
autora de La fuente de Las Nereidas de la Costanera Sur). La desnudez revelada 
en los mármoles de Carrara fue chocante para la sociedad de la época, entonces 
en 1915, las esculturas son retiradas de su emplazamiento sobre las escalinatas 
del congreso. 
    
  
  
  A los costados de la escalinata de la 
entrada principal del palacio del Congreso se encontraban las esculturas de la artista 
Lola Mora. Pero los 
majestuosos leones y la esbelta y sólida mujer que representa la libertad, en 
auténtico mármol de Carrara, aún tendría que sufrir otros contratiempos. Durante 
seis años durmieron en los galpones municipales de la Capital, hasta que un 
funcionario comunicó a las autoridades del Poder Legislativo "a que las saquen 
del depósito por que ocupan mucho lugar". La estatua de los leones fue partida 
en dos y la figura que representa la libertad permanece solitaria frente a la 
casa de gobierno de Jujuy. Los reyes de la selva fueron destinados a otra plaza, 
la de la ciudad de Nieva, situada a pocos kilómetros de la capital jujeña. Estas 
obras de la escultora simbolizaban la Libertad, el Progreso, la Paz y la 
Justicia, pero las figuras desnudas fueron criticadas y retiradas en 
1916
donde finalmente dichas esculturas, fueron 
trasladadas a San Salvador de Jujuy. 
  
 Hoy replicas de las mismas volvieron a su lugar. 
Las piezas originales son de mármol de carrara macizo. Las réplicas de las 
esculturas, por su parte, están hechas con una molienda de piedras símil carrara 
con cementos blancos, hebras de poliéster y fibras de vidrio para prevenir 
microfisuras 
  
 En esa época 
no estaba terminado el 
remate de la 
Confitería El Molino. 
  
  
  
  
		    
		
 
		HOY En el Congreso 
		reinstalaron réplicas de las esculturas de la artista Lola Mora quitadas en 1921. 
		Los originales, emplazados en 1907, fueron quitados 
		en 
1916. Uno de ellos representaba dos 
		leones, la Libertad y el Progreso, y el otro, a la Justicia, el Trabajo 
		y la Paz. Y la escultura de la Paz tenía un seno descubierto. 
		   
		  
  
  
  
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