El misterio del amor es más profundo que el misterio de la muerte..

"Una mirada, un suspiro, el silencio, son suficientes para explicar el amor".

 

 
Estas son solo algunas de las historias con matices diferentes ...

 

HISTORIAS REALES DE AMOR Y OTRAS DE MISTERIO

 

 

     

 

 

La casa de la palmera

 

Todavía está ahí, en Riobamba al 144, es la casa de la palmera y guarda una historia que, se dice, inspiró a Julio Cortázar para su relato "Casa tomada". Se encuentra a escasos metros del Congreso Nacional.

 

Está atrapada entre edificios del centro, casi invisible tras una gigantesca palmera. Corría el año 1930 cuando esta casa, con nueve habitaciones y un subsuelo, fue comprada por la uruguaya Catalina Espinosa de Galcerán, viuda de un médico español famoso desde la epidemia de fiebre amarilla en 1871, el doctor Galcerán. Catalina se instaló en la gran casona con sus seis hijos: cinco varones y una mujer, la devota Elisa que era taquígrafa y muy religiosa. Catalina era una mujer millonaria que contaba con fortunas heredaras de sus padres y con la fortuna de su difunto esposo, quién también le dejó una considerable pensión por sus heroicos actos durante la fiebre amarilla.

 

 

Los varones eran todos profesionales: había un médico, un ingeniero, un abogado, un escribano y un arquitecto. La leyenda dice que los varones eran deportistas y mujeriegos, lo que trastornaba a la hermana única mujer Elisa. Ella era muy religiosa, a tal punto, que iba a misa todos los días y siempre iba a un taller de biblia que se daba en la parroquia de Nuestra Señora de Balvanera, a escasas cuadras de su casa. Elisa trabajaba de taquígrafa en el Senado de la Nación, en el Congreso. Fue Elisa, que al fallecer la madre como única mujer, se encargó de las tareas domesticas y administrativas del hogar. Los hermanos siempre traían mujeres de vida fácil a la casa y, a veces, hacían fiestas que terminaban a la madrugada. Después de la muerte de Catalina, una serie de hechos comenzó a desencadenarse y afectaría a los habitantes de la casa de la Palmera. Los hermanos Galcerán amaban mucho a su madre, a tal punto, que luego de que ella falleciera, decidieron clausurar el cuarto y dejarlo como estaba sin tocar absolutamente nada, como una suerte de museo pero sin visitantes. Un día uno de sus hermanos falleció repentinamente mientras desarrollaba un partido de tenis con sus amigos. La causa, un infarto que provocó la muerte súbita.

 

Luego del entierro, Elisa habló y dijo que así como se clausuró el cuarto de la madre para preservar su memoria, se hiciera lo mismo con el cuarto de su hermano.

Meses después otro hecho iba a enlutar a la familia, uno de los hermanos de Elisa estaba disfrutando un día de sol en el Yatch Club Argentino con una amiga, luego de unos tragos en el bar, estando totalmente ebrio se dirigió a su velero para salir a pasear por el río. Mientras subía a la embarcación tropezó y cayó al agua, la mala suerte hizo que en la caída llevara consigo una soga de amarre, ésta lo enredó y murió ahogado.

 

Al año siguiente, otro de sus hermanos muere en un accidente automovilístico-

 

Otro de sus hermanos salió de juerga como muchas noches; estaba con sus amigos en lo de Hansen, un lugar de bar y baile de tango en la esquina de Figueroa Alcorta y Av. Sarmiento que en aquella época rondaban malevos, chicas fáciles y “niños bien” que buscaban mujeres y alcohol. Estando ebrio, el hermano de Elisa se enfrentó por una mujer con uno de los malevos más peligrosos del lugar. En la pelea, un cuchillo atravesó el estómago de Galcerán provocando su muerte.



A medida que estos hombres con fama de libertinos y holgazanes iban muriendo, Elisa clausuraba una por una sus habitaciones. Hasta que sólo quedó el subsuelo. La casa fue achicándose hasta incluir el subsuelo, donde el hermano médico —que fue el último en morir— mantenía relaciones sexuales con la mucama, Mercedes White. Una mañana Elisa encuentra al hermano y la mucama muertos en la cama desnudos. Lo que llamó la atención a los investigadores es que encontraron un brasero en la habitación.

 

Después de ese episodio Elisa echó a las empleadas y empezó a vivir sola. Algunos dicen que luego de clausurar la habitación de su último hermano, Elisa decide trasladar los muebles de su habitación al sótano y vivir allí. Desde ese día nunca más subió a la planta alta. De hecho su vida se pasaba en el trabajo, la parroquia y el sótano. En ningún lugar más.

 

Habían pasado cuarenta años de la muerte de su último hermano. Ya era el año 1992. Un día Elisa no asistió a la misa y tampoco atendió el teléfono; el párroco decidió ingresar a la casa con un feligrés médico para constatar que estuviera bien.

Al ingresar a la casa el cuadro era espeluznante, todo estaba oscuro y no funcionaban las luces, luego de llamarla observan la puerta que va al sótano abierta y se dirigen allí. Un tragaluz iluminaba el lugar. Estaba amoblado como una habitación, y en la cama yacía Elisa muerta, su cansado corazón dejó de latir.

 

La casa quedó abandonada hasta que en 1997 abrió una escuela primaria que se llama “Puertas Abiertas”. Esta escuela funcionó unos años hasta que en el año 2008 se instaló el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx  y la biblioteca abre al público todo el verano, de lunes a viernes de 18 a 21 hs.

 

 

 

Como referencia documental, entren en este link  en la Guia Telefónica de 1950, mas precisamente la página 250, en la primer columna y siguiendo el orden alfabético encontraremos "Galceran Catalina E. de......y su direccion."

 

 http://www.jewishgenealogy.com.ar/guia1950/ancestors-phone-250.html

 

 

 

 

 

Amores de Simón Bolívar   

 

 

 

 

Simón Bolívar, por su infancia tan carente de afectos, tenía necesidad de seducir, de ser amado, admirado, y eso lo llevaba a buscar nuevas experiencias”. Una de sus mas grandes debilidades fueron las mujeres y en su vida brillaron de todos tipos, colores y condiciones. Bolívar supo apartar tiempo en su lucha por la Independencia para amar a un buen numero de integrantes del bello sexo. Manuelita nunca compartió casa común con el Libertador. Ella vivió en Lima, en la calle Junín 277, Plaza Bolívar, Pueblo Libre; una casona que, convertida en centro cultural, se conserva como en sus mejores tiempos, y se usa de locación para las tomas fotográficas.

 

 

"La libertad es el único objetivo digno del sacrificio de la vida de los hombres."

- Simón Bolívar

 

 

 

 

 

Amores de Justo José de Urquiza

 

 Se dice que tuvo más de ciento cincuenta hijos, pero sólo reconoció a diecisiete.

 

 

Justo José de Urquiza fue uno de los grandes protagonistas de la historia de las sábanas. De apetito sexual desenfrenado, este señor tuvo amoríos con cientos de mujeres. Bastante reacio al matrimonio. Tuvo doce hijos naturales. Si alguna le gustaba, la señalaba y  le facilitaban el acceso a la damita. Sin dudas, Urquiza fue un adelantado a su época. La segunda fortuna después de su peor enemigo: Rosas. En su vida personal era bastante desbordado. Trasgresor de ciertas normas sociales, ha mancillado el honor de las hijas de acaudaladas familias, las ha embarazado y las ha abandonado sin promesa de matrimonio, pero de sus hijos siempre se ocupó.  Las mujeres fueron solo un instante en su vida. Terminó sus años viviendo con una mujer: Dolores con quien tuvo varios hijos mas, quien fue testigo de su asesinato.
 

 

HECHOS CURIOSOS

 

 El General Justo José de Urquiza fue asesinado en el Palacio San José el 11 de Abril de 1870. Sus restos fueron velados en Concepción, en la casa de su hija Ana Urquiza de Victorica, y conducidos luego al cementerio local. 15 meses después fueron trasladados a la Basílica de la Inmaculada Concepción donde fueron guardados en una cripta de doble piso, por miedo a que su tumba fuera profanada.  Los restos del General Urquiza fueron reencontrados 80 años después, en 1951. Tras este hecho se construyó el actual mausoleo para albergarlo, con mármoles traídos de las provincias de Córdoba, San Luis y La Rioja.  El mausoleo de Concepción del Uruguay fue comenzado el 9 de Mayo de 1963 e inaugurado el 7 de Mayo de 1967. El conjunto fue realzado con las obras del pintor argentino Reinaldo Giúdice.

 

 

 

 

 

 

 

 

Castillo de Castelforte, una historia muy particular

 

Idéntico a un castel veneciano del
año 1250, con túneles misteriosos y mazmorras tenebrosas. Repleto de
historias tan ciertas como increíbles: fue el primer lugar
en donde se jugó al fútbol en la Argentina.
 


Castelforte, uno de los pocos edificios históricos que quedan en la localidad de Almirante Brown. Además de funcionar como museo, salón de fiestas y centro de reunión de la Asociación de Nativos de Almirante Brown, en el pasado se desarrolló en él una actividad muy curiosa. Vale la pena visitarlo y enterarse todo lo que sucede en él. La Villa Castelforte fue construida por el arquitecto italiano José Canale en 1874, abarcaba 1.8 hectáreas y se extendía desde lo que hoy es la Plaza Espora hasta la Plaza Brown, y desde allí hacia la calle Cerreti. De esta manera, adquiría una forma similar a la península itálica. Además, cada uno de los jardines poseía el nombre de alguna de las provincias de Italia; lo que hoy es Castelforte, en el siglo XIX, era “Venecia” y funcionaba como depósito de municiones. Luego de la muerte de Canale (1883), la construcción fue cambiando de dueños; la villa fue comprada por el millonario Sr. Miró, pero éste la perdió al poco tiempo, tras problemas legales. Por esta razón, se efectuó el remate de Villa Castelforte, para lo cual se la dividió en tres quintas: La de Roberts, La de Ojam y La de Ovando. Fue precisamente, este último, Juan Ovando, quien hizo levantar “El castillo” hacia la década de 1890, a semejanza de los otros, que ya desaparecieron.

El actual castillo está ubicado en la calle Canale 1521, en Adrogué y en él funciona la Asociación de Nativos de Almirante Brown. Esta asociación se hizo cargo del lugar en 1983, estando éste en ruinas: solamente quedaban las paredes y el techo. Luego de varios años de reconstrucción, se llegó a lo que es ahora. Todavía se siguen haciendo reformas, especialmente en los túneles, ya que éstos estuvieron inundados a causa de las napas. Se dijo que en 2002 éstos fueron utilizados para realizar practicas de buceo. Antiguamente, estos túneles comunicaban el viejo castillo con el Hotel Las Delicias, la comisaría, la Iglesia, la municipalidad e incluso con la estación.
Actualmente, funciona en Castelforte un museo, en donde se exhiben piezas arqueológicas halladas en la provincia de Buenos Aires, esculturas hechas por el mismo Canale y elementos que se encontraron en los túneles, tales como botellas, vasijas y diversos adornos del viejo castillo. Además, un álbum fotográfico que el propio Canale mandó a hacer entre 1879 y 1880, sobre la vieja villa. En la actualidad, este museo está abierto al público. También es utilizado cómo salón de fiestas de quince años, casamientos y todo tipo de eventos familiares. Éste es el único sostén económico del castillo además de la colaboración de los vecinos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 Secretos del presidente Roque Sáenz Peña

 

 

Su esposa se llamaba Rosa Isidora González, era mendocina, tenía una hermana melliza y cuando tenía 28 años, contrajo matrimonio con Roque Sáenz Peña, quien era siete años mayor. La ceremonia se llevó a cabo en el año 1887 en la iglesia Nuestra Señora del Pilar, de la Recoleta.

_Sáenz Peña asumió la presidencia entre 1910 y 1914. El era abogado.

- Rosa González y Roque Sáenz Peña fueron los primeros y únicos en utilizar la Casa de Gobierno como residencia presidencial permanente. Allí brindaron magníficas fiestas y comidas cuyo esplendor ha sido registrado por las secciones de Sociedad.

- A pesar de las quejas de la custodia, la Primera Dama Rosa González tenía la extraña costumbre de rechazar los carruajes oficiales y viajar en tranvía.

- Enviudó durante la presidencia de su marido: Sáenz Peña murió el 9 de agosto de 1914.

- Años más tarde habitó uno de los 144 departamentos del Palacio de los Patos (Ugarteche y Cabello, en Palermo). Se le llamó así porque era el lugar adonde iban aquellos que habían perdido su fortuna y, por lo tanto, habían quedado “patos” (la forma de decir “secos, sin dinero”, en lunfardo). Este no fue su último domicilio.

- Rosa González murió en enero de 1948, en la avenida Santa Fe 1592. Para ese tiempo, al voto universal, secreto y obligatorio instaurado por su marido se le había incorporado el sufragio femenino.

 

 

En la foto, vemos a doña Rosa en el jardín de invierno de la Casa Rosada. Antes de mudarse a la sede de Gobierno, la familia vivía en una confortable propiedad situada en Santa Fe y Coronel Díaz (Palermo).

 

 

 

HECHOS CURIOSOS

 

  Roque Sáenz Peña, fue el primer presidente que estrechó la mano de un rey español, Alfonso XIII.

 

  Sáenz Peña se fue a la Guerra del Pacífico empujado por un desengaño amoroso, sin saber que la razón de sus desvelos era su joven medio hermana, producto de una canita al aire de su padre Luis Sáenz Peña.

 

  Roque Sáenz Peña-vivió en la quinta Pueyrredón en San Isidro- Hoy Museo-

 

Luis Sáenz Peña fue un abogado de renombre que llegó a ser presidente debido a un juego político de Julio A. Roca. Se vió obligado a renunciar en favor del vicepresidente José E. Uriburu. Su hijo Roque fue el presidente que le dió a la democracia su sentido más amplio, permitiendo el voto obligatorio y universal.”

Para nuestra tradición funeraria, el matrimonio termina con la muerte. Al morir, los cónyuges vuelven a la casa paterna o, en este caso, a la bóveda familiar. Pero el presidente Roque Sáenz Peña, duerme el sueño eterno en el mausoleo de sus suegros. Cuando era joven, le presentó a su padre una novia de quien estaba perdidamente enamorado. Éste, al conocerla, le dijo que este amor era prohibido y le confesó que aquella chica era su media hermana oculta producto de una relación furtiva. Sáenz Peña nunca más le dirigió la palabra a su papá y, al llegar su hora, pidió ser sepultado con la familia de su esposa (otra mujer, no la que resultó ser de su sangre).

 

La salud del presidente comenzó a deteriorarse a comienzos de 1913. Una y otra vez debió solicitar licencia y debió finalmente delegar el mando a Victorino de la Plaza en octubre de ese año. Falleció en Buenos Aires en la madrugada del 9 de agosto de 1914, mientras en Europa estallaba la Primera Guerra Mundial.

 

La Avenida Presidente Roque Sáenz Peña, más conocida como Diagonal Norte, es una importante arteria de la Ciudad de Buenos Aires. Lleva su nombre en homenaje al Presidente Roque Sáenz Peña que permitió por primera vez la elección democrática de los gobernantes.

 

Tuvieron dos hijos Rosa Sáenz Peña González que se casa con Carlos Alberto Saavedra Lamas y Luis Sáenz Peña González. 

 

Roque Sáenz Peña utilizó en su mandato la misma banda presidencial que años atrás había portado su padre, Luis Sáenz Peña. El bastón que recibieron ambos era del abuelo Roque, ministro de la Corte durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas.

 

 

 

 

 

Elisa Brown

 

Hija del almirante Guillermo Brown, nacida en Buenos Aires en 1810, estaba comprometida con el marino Francisco Drummond, Pancho Drummond buscaba causas justas por las cuales batirse. Era escocés, pero luchaba en la marina inglesa. Se radicó en Buenos Aires y empezó a frecuentar la quinta del almirante en Barracas. Allí conoció a Elisa, la hija mayor de Brown. Él tenia 24 años y ella, 17. Despacharon velozmente los penosos tramites que entonces imponía una seducción. Se comprometieron y planearon casarse cuando la guerra terminara.  El 6 de abril de 1827, Drummond marchó a la guerra con la flota de Brown. Muy pronto sobrevinieron grandes dificultades.

 

 

 

 Drummond, que ya estaba herido, tomó un bote y fue arrimándose al resto de los barcos en busca de municiones para continuar la lucha. En el momento de abordar la goleta Sarandí  lo alcanza una bala enemiga. Drummond  comprende que va a morir y, con la mayor premura, cumple sus deberes heróicos.

 

Pronuncia unas palabras que evitan cuidadosamente la queja; entrega a su amigo, el capitán Coe, el anillo nupcial para Elisa y alcanza a mantenerse vivo hasta la legada del propio almirante, en cuyos brazos muere.

 

 

 

 Elisa recibió la noticia sin derramar una sola lágrima. Algunos dicen que la envolvió una silenciosa demencia.

 

Pasaron los meses y una tardecita de diciembre de 1827, se puso un traje de novia que no pudo estrenar para la boda y se metió en el río un lugar cercano al Riachuelo entre los juncales y se ahogó.

 

 

 

 

 Fue enterrada junto con Drummond en el Cementerio de la Iglesia del Socorro (cementerio protestante), nunca unidos en vida, al menos descansarían juntos en la muerte. Posteriormente fue trasladada a la Recoleta, donde descansa bajo la misma columna que su padre, de la cual, era su hija preferida.

 

 

HECHOS CURIOSOS

 

 En Barracas estaba la quinta del almirante Brown: Fue conservada hasta 1810. En la esquina donde estaba su quinta hay un monumento que recuerda a Elisa - Av. Martín García 584-

 

 

 

 

 

Margarita Weild. Se casó con su tío, José María Paz, en 1835.  La pobre mujer murió a los 33 años.

 

En Córdoba, hay un mausoleo cuyos detalles nos advierten que allí descansa un guerrero. Pero lo relevante de esa tumba no está en el hombre que descansa en ella, sino en la mujer que descansa a su lado, pues no se conoce caso igual en la Argentina: que en la tumba de uno de nuestros personajes históricos, y en la Iglesia Matriz, descanse, como en el lecho conyugal, la mujer que fue el amor del héroe, la mujer de la que él fue su único amor. Su madre fue María del Rosario Paz, y su padre, un médico escocés llamado Andrew Weild.

 

La bautizaron Agustina, pero se la llamó, en recuerdo de su abuela británica, por el muy escocés nombre de Margarita. Su padre murió cuando era muy chica, pero aceptó con cariño al segundo esposo de su madre, Juan José de Elizalde. Desde niña sintió admiración y un embobado afecto por su tío José María, el que peleó por la independencia, el que peleaba, cuando era ya una jovencita, por constituir el país.  El tío buenmozo, serio, poco dado a conversar, pero que en familia era afectuoso, bromista y dedicado. Creció oyendo hablar de su heroísmo, de aquella vez que casi perdió, por un brazo herido, la vida, que le había sido concedida –pensaba ella– para que mejor pudiera amarlo y cuidar de él.

 

Su historia comenzó cuando parecía que iba a terminar la de él: boleado su caballo en los campos de Calchín, fue a dar en la Aduana de Santa Fe, prisionero de don Estanislao López, caudillo de aquellos pagos. Durante mucho tiempo, la familia penó sin saber si aún estaba vivo. Luego, su hermano Julián supo de él y poco después su madre y Margarita fueron a verlo. Ella entró primero y, sin poder contenerse, se arrojó en sus brazos, sorprendiéndolo con sus 20 años. Al abandonar la Aduana, Margarita dijo a doña Tiburcia –madre de Paz y abuela suya– que iba a casarse con el recluso.  

 

Y mientras tramaban el paso, la joven le llevó libros, papel, tinta y velas, las velas que, cuando querían castigarlo, para que no pudiera leer ni escribir, le requisaban. Otras veces, traía un costurero y remendaba su ropa. Su mano afectuosa le recortaba el cabello, lo afeitaba, le preparaba un plato refinado. Cuando lo atacaba la tristeza del cautiverio, le leía en voz alta o entonaba nuevas canciones. Paz debió enamorarse sin remedio. En secreto, planearon la boda. Un sacerdote de la familia, que solía visitarlo, consiguió las dispensas –eran tío y sobrina– para unirlos. Y el 31 de marzo de 1835, a las dos de la tarde, se casaron, mientras el religioso decía en voz baja las palabras de rigor, para que nadie escuchase la salmodia.

 

Los guardias le ordenaron a Margarita que se retirase, pero el doctor Cabrera arguyó el derecho de convivencia y presentó los documentos. Las autoridades, entre sorprendidas, furiosas y admiradas, decidieron dejarlos en paz.  Dos días después, comenzaron su vida de casados. Cuando quedó embarazada, José María le pidió que volviera con su madre, para que el niño naciera en libertad.  La respuesta de ella, mientras tendía el camastro, fue cortante: “No tiene importancia dónde nazca. Todo el país es una cárcel”.

 

 

 

 

 

Pero sus inquietudes no tenían fin; antes de que diera a luz, don Juan Manuel de Rosas decidió trasladarlo a Luján. Negarle a Margarita la información de lo que se haría con su esposo fue una crueldad que Estanislao López ejerció sobre ella gratuitamente, pues Rosas había ordenado que se trasladara “al general y su familia” en carretones decentes.  Finalmente, doña Tiburcia se enteró del destino de su hijo y partieron a Buenos Aires la anciana endeble y la joven embarazada, en una barcaza donde los tripulantes piadosos tendieron un toldo para resguardarlas.

 

La desesperación de Paz no fue menor, pues temía que no les permitieran volver a verse.  Pasaron meses hasta que supo que su esposa tramitaba el permiso para vivir con él, finalmente concedido. El niño nació poco antes, y viajeros que pasaron por Luján asentaron que veían con asombro pañales flameando en una ventana de la cárcel.  Ella cuidaba al niño, Margarita dio a luz una niña que murió a los pocos meses, postrándola en la melancolía, de la que salió para cuidar al mayorcito, gravemente enfermo. Más adelante tuvieron otra hija, a la que bautizaron Margarita.  

 

En 1839, después de ocho años, el general Paz fue liberado y enviado a Buenos Aires, con “la ciudad por cárcel”. Por primera vez, él y Margarita tuvieron privacidad, pudieron pasear, asistir a reuniones, hacer amistades.  A él le devolvieron el sueldo de general y le pagaron lo adeudado. condición de que no tomara las armas contra Rosas.  Luego, cruzó el río con sus hijos y se instalaron con Paz en Colonia. El breve período de tranquilidad había acabado, pues José María retomó el oficio de la guerra, enredándose nuevamente en políticas absurdas.

 

 Sin recursos, pusieron una granja, que no daba mucho; sobrevivieron porque ella sacaba fuerzas de flaqueza y preparaba empanadas que él y sus hijos vendían entre los vecinos. A pesar de esto, eran felices; vivían en familia y ella no sufría el terror de que lo mataran en batalla, sabiendo que nunca recuperaría su cuerpo. Pero estaba debilitada por los esfuerzos, por los viajes y los sucesivos embarazos. Su madre, Rosario, debió trasladarse para atenderla. El 5 de junio de 1848, a las diez de la noche, varios días después de haber tenido a su último hijo, murió, dejando a su marido desolado. Durante la presidencia de Domingo F. Sarmiento, sus restos son llevados a la Catedral de Córdoba junto a los repatriados restos de su esposa.


HECHOS CURIOSOS

 

 Gran parte del límite seco entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires lleva en su homenaje el nombre de Avenida General Paz.

 

 

 

 

 

 

Amores de Hipólito Yrigoyen

 

 

 

Nunca dejó traslucir en su vida pública los avatares de su vida privada. Un hombre apasionado que se llevaba a la tumba el misterio de sus amores, de sus hijos y de tantas otras cosas que quizás  nunca se lleguen a develar.

 

 

 

 

 

 

 

 Enrique Santos Discépolo y Tania

 

  Tania, Nacida en Toledo, España, fue una centenaria cantante y actriz que desarrolló una valorable carrera en Argentina. Antonio Fernández Rodríguez, fue su primer marido, y con quien llegó por primera vez a Buenos Aires, en 1923, en una gira. Fue también esposa del reconocido compositor Enrique Santos Discépolo hasta su temprana muerte, y declarada "Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires".

 

 Discépolo Actor y director de teatro, de cine, y creador de tangos notables conoció a Tania en 1931 la primera noche que pisó un cabaret: el Folies Bergere porteño. Acababa de escribir Esta noche me emborracho y ella lo cantó sin desprenderse de su estilo de cupletista. Tania manejaba una cupé y su ambiente era el de grandes apellidos: Alzaga Unzué, Basavilbaso, Basualdo. Enrique tenía amigos intelectuales, aburridos y secos, no se salían del cafecito y el puchero.

 

Ella lo fue arrimando a su gente, o sea que lo llevo por mal camino. la pareja  convivió durante 24 años.

 

Fue profunda y compleja relación la de Discépolo y Perón, que se extendería a Eva Duarte y Ana Luciano (alias Tania). Conformaron las parejas amorosas más populares de la Argentina entre los años 30 y 1952, aunque la que condujo la nación excede toda frontera temporal.  A Discépolo lo uniría con Perón y Evita una estrecha amistad, trazada por vías paralelas y discretamente boicoteada por Tania.

 

 

 

 

Nacido el 23 de marzo de 1901, Discépolo tuvo una niñez realmente dura que marcó lo que serían su poética, su metafísica, su vida. En 1906 falleció el padre, Santo, violinista italiano que llegó a dirigir bandas y orquestas, y a garabatear un par de tangos. Y en 1910 murió la madre, Luisa Deluchi. El chico debió irse a vivir con sus tíos: "Al acostarse se ubicaba en una posición fija y se exigía no moverme durante el sueño, tenía miedo de hacer algún ruido y que lo echaran".

 

A partir de 1913 vivió en la casa de su hermano el dramaturgo Armando Discépolo, donde se reunían escritores, plásticos y músicos socialistas y anarcos: Benito Quinquela Martín, Juan de Dios Filiberto, el escultor Agustín Riganelli y el dibujante Guillermo Facio Hebecquer. Entre sus mayores éxitos figuran "Cambalache" (1935), "Uno" (1943) y "Cafetín de Buenos Aires" (1948).
 

A mediados de 1944 el gobierno militar lanzó una campaña de censura de las letras de tango más desnudas y las lunfardescas. Delegados de SADAIC, Homero Manzi y Discépolo entrevistaron a Perón, entonces secretario de Trabajo y Previsión. "Si lo dejan, el lunfardo se va a morfar a la academia, coronel" —deslizó Enrique. Risotada de Perón y sentencia: "Van a tener que convivir". Ahí renació la amistad abierta en Chile y como eco inmediato Discépolo se mudó de su casa en La Lucila al departamento de Callao al 700.

El matrimonio con Tania mostraba en ese punto serias fisuras. A La Gallega se le atribuían furtivas relaciones paralelas. Ella pretendía explicar sus salidas. El amor no era un juego para Discépolo, aterrorizado por la menor deslealtad.

"Con sus amigos era otro tipo, ella no estaba a su altura" —separaba tantos Tita Merello. En el 45 Discépolo viaja a México en un barco de carga "para estar solo, pensar y probarme a mí mismo, apartado de todo". En el D.F. vive en el edificio donde se alojaban Luis Sandrini y la Merello, por entonces, sólida pareja. En seguida crece un encendido romance con una mujer mexicana y casi todas las noches los cuatro compartian la cena.

Durante una estadía en México, Enrique Santos Discépolo le propuso a Luis Sandrini y a Tita Merello ser los padrinos de su hijo Enrique Luis, que habia tenido con la periodista Raquel Díaz de León.

 

Donde se encontraba Tania, la prensa ya comenzaba a relacionarla sentimentalmente con Tito Climent, quien ha trabajado en cine en diversas películas.

 

Al morir el popular compositor en diciembre de 1951, la herencia se resolvió a favor de su segunda esposa, Tania, sin ella saber que en México se hallaba el hijo de Enrique y su ex-esposa. Más tarde, a Argentina arribó la periodista mexicana con su hijo, para obtener parte de la herencia; hecho por el cual Tania apeló a la justicia y dictaminó a su favor. Tita Merello, siendo madrina del hijo de Enrique, testimonió en su contra. El 17 de febrero de 1999 a las 23:15 falleció TANIA en Buenos Aires mientras dormía en su departamento de Callao al 700  los 105 años. Su edad, fue motivo de duda y se creyó que había nacido en 1901, por lo que alcanzó los 98 años.

 

HECHOS CURIOSOS

 

Tania había sido la estrella del Follies Bergère, un cabaret de Diagonal Norte por cuya puerta escondida se colaban, en la tarde, oscuros empleados y, por la noche, ministros y aristócratas.