Juan Esteban Anchorena casado con Romana Josefa López de Anaya fue el primer Anchorena en arribar a América en 1769. Llego en compañía de Antonio Obligado, quien compra campos en San Pedro, actual Vuelta de Obligado.

Al morir dejara a sus hijos herederos una de las mayores fortunas del virreinato. Sus herederos fueron: Juan José Cristóbal (1780-1831) casado con Bonifacia de Lezica y en segundas nupcias casado con Andrea Ibáñez y Marin , Tomás Manuel (1783-1847) y Mariano Nicolás (1785-1856) una de las mayores fortunas del virreinato.

Como muchos otros inmigrantes de ese período, a poco de arribar al Plata Juan Esteban se orientó hacia las actividades mercantiles en 1750. En 1757 poseía vínculos mercantiles en el interior, en especial en Córdoba, donde colocaba productos importados (vino, tabaco, manufacturas de metal) y compraba productos de la tierra (ponchos, frazadas). Para entonces ya había incursionado en la compra de cueros en el litoral del río Uruguay, y algunos años más tarde, en 1765, también aparece registrado como propietario de un comercio minorista en Buenos Aires. A lo largo de la década de 1760, Anchorena realizó viajes regulares al interior (Salta, Jujuy) y al Alto Perú, extendiendo sus redes comerciales hasta Lima. Para comienzos de la década de 1770 se había convertido en un importante mercader, cuyos vínculos comprendían plazas comerciales en todo el virreinato del Perú (Chile, Paraguay, Alto Perú, el Río de la Plata) y llegaban hasta España, incluyendo también mercados en Inglaterra, Francia y el Caribe. Conviene destacar que el hecho de que sólo tres hijos sobrevivieran a los siete nacidos en el matrimonio entre Juan Esteban y Romana su mujer.

 

Familias aristocráticas

Los Anchorena

sinónimo de poder y riqueza

 

 

Herederos: Juan José Cristóbal (1780-1831), Tomás Manuel (1783-1847) y Mariano Nicolás (1785-1856). Los tres hijos de Juan Esteban heredaron así una de las mayores fortunas del virreinato.

La crisis final del orden colonial y el estallido de los movimientos independentistas que esa crisis alentó tuvieron consecuencias más relevantes para los negocios de los hermanos Anchorena. La llegada de una gran flota mercante tras los pasos del ejército inglés que dominó Buenos Aires en 1807 fue un heraldo de los cambios por venir, y provocó “un catastrófico derrumbe de precios” . De hecho, en los años inmediatamente previos a 1810, los Anchorena se habían interesado en el comercio con textiles británicos. Para los negocios de los Anchorena, pues, la revolución había traído grandes dificultades: crisis del comercio a distancia, competencia de nuevos comerciantes extranjeros, desaparición del metálico, gobiernos arbitrarios y débiles que, atendiendo ante todo a la necesidad de asegurar su propia supervivencia, parecían más interesados en saquear a sus súbditos que en garantizar el orden imprescindible para el intercambio mercantil. Para complicar aún más las cosas, la restauración de los Borbones en el trono de España tras la derrota de Napoleón tornaba muy real la amenaza de una reconquista española de América. En caso de triunfar, ésta haría caer su peso sobre aquellos se habían pronunciado a favor de la emancipación. Ello era peligroso para todos los Anchorena, y en especial para Tomás Manuel que, a pesar de toda su moderación, ocupó un lugar destacado entre la nueva elite política surgida con la independencia (se contó entre los congresales que declararon la Independencia en 1816), frente a la cual el rey no parecía dispuesto a entrar en componendas. Los Anchorena abandonaron sus proyectos de radicarse en el extranjero. En 1828, con la llegada de Lavalle al gobierno, Tomás y Nicolás fueron a parar a la cárcel y luego debieron marchar al exilio.

Rosas

Rosas tuvo desde muy joven una estrecha relación con los Anchorena, con quienes no sólo estaba emparentado por parte de su bisabuela Isabel Díaz de Cabrera casada con José Rubio, sino que con los Anchorena tenía relaciones de trabajo, primero como capataz, después como mayordomo y administrador a partir de 1818 a 1830 de tres inmensas estancias pertenecientes a Juan José y Nicolás Anchorena: Las Dos Islas, Los Camarones y El Tala. Rosas nunca percibió paga alguna por ese servicio a pesar que Rosas consideraba a Tomas Manuel su oráculo político y que llego este a ser su ministro de Relaciones Exteriores durante sus dos gobiernos durante veinte años.

 

Tomás Manuel Anchorena (1783-1847)

Tomás Manuel curso sus estudios en el Colegio de San Carlos efectuó su carrera de derecho en la Universidad de San Francisco Javier de Chuquisaca, finalizándola en 1807. En mayo de 1810 le cupo un importante papel, entre los más decididos de los patriotas, combatiendo firmemente a Cisneros. En octubre de 1812, Manuel Belgrano lo nombró su secretario, y Anchorena acompañó al general en las victorias de Tucumán y de Salta Tomás Manuel decía no disponer de recursos suficientes como para financiar el funcionamiento de su estancia durante los períodos de baja de sus ingresos rurales. Sin embargo, su situación no era tan desesperada, pues la producción rural no conformaba su única fuente de ingresos. También gozaba de importantes rentas urbanas. Además de su casa particular, que compró a su regreso del exilio en 1823, en 1836 adquirió un gran inmueble de renta. En ese año le compró al fisco por $ 37.000 ($ 240.000 en papel) la Recova, quizá el mayor inmueble de renta existente en Buenos Aires hasta su expropiación y demolición durante la intendencia de Torcuato de Alvear en 1884. La Recova, que dividía a la Plaza del 25 de Mayo de la Plaza de la Victoria, contaba con unos cuarenta locales que alojaban numerosos comercios. El doctor Anchorena murió el 29 de abril de 1847, a las dos y media de la madrugada. Había contraído matrimonio con doña Clara García de Zuñiga. Cuando falleció Tomás de Anchorena poseía las tres propiedades a las que hemos hecho referencia, además del equivalente a unos $ 50.000, repartido entre onzas de oro, depósitos en Londres y moneda corriente. Recién a comienzos de la década de 1870, casi un cuarto de siglo después de su muerte, algunos de sus herederos iniciaron acciones legales para dividir el patrimonio. Aunque tardía, la tasación de los bienes de Tomás Manuel realizada en 1871 permite apreciar cómo estaba compuesta su fortuna.

Tomás Manuel Anchorena y Clara García de Zuñiga tuvieron 17 hijos, con 14 mujeres y tres varones de los cuales dos tuvieron descendencia: Agustina Mónica y Tomas Severino de Anchorena (1827-1899) casado con Mercedes Francisca Riglos Villanueva (1836-1925). Su hijo Esteban alcanzó cierta fama como criador de animales de raza, y su cabaña Santa Clara se contaba entre las más prestigiosas del país en el primer cuarto de siglo. Otro tanto puede decirse sobre su otro hijo, Joaquín S., que hizo de su estancia La Merced una de las más renombradas de la pampa.

 

HECHOS DESTACABLES

Llegamos a 1883. Don Torcuato de Alvear, primer intendente de la ciudad federalizada, decidió echar abajo la "vieja recova" que dividía a las dos plazas (de la Victoria y 25 de Mayo) y unificarla en una sola, que llevaría el nombre de Plaza de Mayo. Como la propietaria, doña Clara Zúñiga de Anchorena se negara a esta demolición, el 25 de mayo de 1883, el intendente Alvear envió una legión de obreros. Ante la vista de su propietaria, los hombres comenzaron la demolición, que no pudo ser realizada en un sólo día, y se completó al día siguiente. La propietaria demandó a la Municipalidad. La justicia le dio la razón y ordenó al organismo el pago, con costas, según el precio que figuraba en la testamentaria de doña Clara, que ya había muerto... También había muerto la "Recova Vieja .

Tomás Manuel de Anchorena resulta en nuestra historia el más conocido de los de su estirpe, en primer término porque fue uno de los que apoyó la Revolución de Mayo de 1810, y porque además puso su firma en la Declaración de nuestra independencia en julio de 1816. Fue un fiel servidor durante la Santa Federación desempeñándose como Ministro de Relaciones Exteriores en el primer gobierno de Rosas (1829-1832). Murió en pleno segundo gobierno de Rosas, en el año 1847.
 

Tomás Manuel de Anchorena

 

Mariano Nicolás Esteban de Anchorena y López Anaya (1785-1856). Se casó con María Estanislada Mauricia de Arana Andonaegui.


Herederos: Nicolás Hugo Anchorena Arana y Juan Nepomuceno Anchorena Arana

Mariano Nicolás acumuló quizá la mayor fortuna de Buenos Aires en el medio siglo que sucedió a la Independencia, que algunos contemporáneos llegaron a estimar en cifras fabulosas. Se convirtió en uno de los hombres de confianza del Restaurador, y bajo su protección acrecentó su fortuna. El 9 de julio de ese mismo año fue nombrado gobernador por la, Sala de Representantes, pero renunció al cargo como lo hiciera en 1834. Se casó con María Estanislada Mauricia de Arana Andonaegui. Mariano Nicolás falleció en Buenos Aires 3 años después, el 24 de mayo de 1856. La visión que describe a Mariano Nicolás Anchorena como “el más rico ganadero de Buenos Aires” quizás no era del todo errada, puesto que al morir en 1856 dejó a sus tres herederos (sus hijos Nicolás Hugo Anchorena Arana (1828-1884) casado con María Luisa de las Mercedes Castellanos de la Iglesia, y su otro hijo Juan Nepomuceno de Anchorena y Arana casado con Josefa Aguirre Ibáñez y su nieto Fabián Gómez) unas 200.000 hectáreas. Nicolás Anchorena, tuvo una actitud muy ruin, pues una vez caído Juan Manuel de Rosas en 1852, no dudó en mostrarse como partidario del general Justo José de Urquiza, olvidando su apoyo dado al Restaurador. No será el único que traicionaría a Rosas: varios oficiales de sus ejércitos se afiliarían, tras la batalla de Caseros, a la Masonería.
 

 

Nicolás Hugo Anchorena Arana y María Luisa de las Mercedes Castellanos tuvieron diez hijos :

Nicolás María Serviliano Castellanos Anchorena (20 de abril 1866, d. 2 de noviembre 1889), Mercedes Benita Castellanos Anchorena (4 de marzo 1869, d. 28 de abril 1869), Mercedes Dionisia Castellanos Anchorena (5 de junio 1871, d. 19 de diciembre 1890), Amalia Valentina Castellanos Anchorena (14 de febrero 1872, d. 16 de marzo 1907), Aarón Castellanos Anchorena (6 de junio 1873, d. 6 de junio 1873), Matilde Lidia Castellanos Anchorena (11 de septiembre 1875, d. 25 de junio 1969), Josefina Anacleta Castellanos Anchorena (13 de julio 1876, d. Sí, fecha desconocida), Aarón Félix Anchorena Castellanos ( 5 de noviembre 1877, Buenos Aires, Argentina , D. 24 de febrero 1965, Barra de San Juan, Uruguay), Enrique Justino Pascual Castellanos Anchorena (13 de abril 1879, d. Sí, fecha desconocida) y Emilio Evaristo Castellanos Anchorena (11 de noviembre 1880, d. 17 de diciembre 1916).

 

María Luisa de las Mercedes Castellanos

MAS FOTOS

 

El Palacio Anchorena fue construido entre 1905 y 1909, por el arquitecto Alejandro Christophersen, a pedido de Mercedes Castellanos de Anchorena. Si bien parece un complejo único, esta constituido por tres residencias: la que da a la calle Esmeralda que fue habitada por Mercedes Castellanos de Anchorena con su hijo Aarón, la central que fue habitada por Enrique Anchorena y su familia, y la que da a la calle Basavilbaso, que fue habitada por Leonor Uriburu, viuda de Emilio Anchorena. En 1936 el Palacio Anchorena fue adquirido por el Estado para ser sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y pasa a llamarse Palacio San Martín. Actualmente es sede Ceremonial de la Cancillería ya que sus oficinas se han trasladado al nuevo edificio de Arenales y Esmeralda, construido por los arquitectos Aizenstat y Rajlin, cuya arquitectura parece dialogar con la monumental obra de Christophersen.

 

Palacio Anchorena
 

  María Luisa de las Mercedes Castellanos dueña de una de las fortunas argentinas más importantes de su época - era hija de Aarón castellanos. Mercedes enviudó jóven. En mérito a tan amplia actividad el Vaticano decidió otorgarle el título de condesa pontificia y la condecoró con la Dama de la Rosa de Oro, un honor que muy pocas veces veces concede un Sumo Pontífice a un particular. Falleció en Buenos Aires el 9 de julio de 1920. Su tumba se encuentra en una cripta en la iglesia el Santísimo Sacramento. Mercedes vivió en el actual Palacio San Martín, que entonces era su casa en el barrio de Retiro. Mercedes tuvo once hijos, de los cuales solo cinco la sobrevivieron. De éstos, sólo tres, Aarón, Enrique y Emilio, ocuparon con ella el palacio, originalmente previsto para que lo habitara también su hija Amalia, casada con Juan José Blaquier y fallecida en 1907, antes de finalizarse la construcción.
 

 Mercedes tenía muchos hijos y muchas estancias, pero no alcanzaban para dejar una a cada uno, por eso adquirió La Azucena en 1901, en el Partido de Tandil destinada a su hijo menor, Emilio. Gran plantador de árboles, como todos los Anchorena, éste tenía veinticuatro años cuando empezó a dirigir su proyecto forestal en La Azucena. La obra se vio truncada por la temprana muerte de Emilio, en 1916. Su madre, que ya había visto morir a siete de sus hijos, continuó la obra de Emilio y decidió rendirle un homenaje a su manera, levantando una capilla en la estancia. Así fue como contrató los servicios del arquitecto Martín Noel, famoso por revalorizar los olvidados estilos hispano-criollos y le encargó la más hermosa capilla que pudiera diseñar para la memoria de su hijo. Para complacerla, Noel dibujó una capilla inspirado en las viejas iglesias coloniales, adicionando elementos típicos de la arquitectura virreinal altoperuana. En medio de la estancia, emplazada en lo alto de una loma toscosa, aparece la imagen blanca de la capilla, con sus grandes proporciones y la belleza de sus líneas. Construida la capilla en 1918, faltaban diez años para levantar la casa principal de la estancia. La muerte prematura de Emilio de Anchorena y otras desgracias de la familia atrasaron los sueños que aquél había compartido con su esposa, Leonor Uriburu, y el proyecto de la casa quedó postergado. Hoy se crían en este establecimiento, llamado Haras Catriel, caballos pura sangre de carrera. La antigüedad de esta estancia data de 1860.
 

 Leonor pasó muchos años educando a sus hijos en París pero un dia decidió volver y abocarse a la construcción de una casa en La Azucena, para lo que contrató al arquitecto Alejandro Bustillo, quien a su vez se trasladó a vivir a la estancia para diseñar la casa. Sus hijos fueron: Leonor María Mercedes Anchorena Uriburu, Emilio Nicolás Anchorena Uriburu, María de las Mercedes Eufrasina Anchorena Uriburu, Juan Nicolás Antonio Anchorena Uriburu, José Evaristo Nicolás Anchorena Uriburu.

Mercedes - fue una personalidad fuerte y decidida promotora de obras de caridad y religiosas a las cuales se dedicaba con gran tenacidad y aportando fabulosas sumas de dinero. La instalación de los padres sacramentinos en la Argentina se debió a sus gestiones, como también la construcción del seminario de Villa Devoto o la basílica del Santísimo Sacramento -considerada una de las iglesias más lujosas de Buenos Aires- proyectada en París por los arquitectos Coulomb y Chauvet. Este empeño y generosidad fueron recompensados con títulos honoríficos como el de Condesa Pontificia o el Dama de la Rosa de Oro.

 Josefina Anacleta Castellanos Anchorena (13 de julio 1876) hija de Nicolás y Mercedes se casó con el escritor Enrique Rodríguez Larreta que se expresaba en la literatura, pintura, dibujo, etc. Fueron dueños de la cerebre estancia Acelain en el partido de Tandil.

 

HECHOS CURIOSOS

En el Palacio tuvieron lugar importantes encuentros sociales, como el baile del Centenario de la Independencia, en 1916. Construido en base al modelo de la Ecole des Beaux Arts de París para el "hotel particular", es una magistral obra de arquitectura en la que se integran el clasicismo de la composición con la influencia del art-nouveau en algunas ornamentaciones. El Palacio se caracteriza por la riqueza espacial de los diferentes ambientes, que resulta verdaderamente espléndida en el juego de transparencias del patio de honor, a partir del gran portal de hierro forjado que le da acceso. Se otorgó a las fachadas un tratamiento escultórico, en el que mansardas y cúpulas enfatizan la composición de los diferentes volúmenes, otorgando gran unidad a su lectura de conjunto. El Palacio alberga una Biblioteca especializada en derecho internacional, historia de las relaciones internacionales, historia mundial y geografía universal.

 

Don Aarón Félix Martín de Anchorena

Don Aarón Félix Martín de Anchorena nació en Buenos Aires el 5 de noviembre de 1877, en el seno de la familia más rica y poderosa de una Argentina en plena expansión económica. Hijo de Nicolás Hugo Anchorena Arana ( 1828 - 1885 ) y de María Mercedes Castellanos de la Iglesia, Condesa Pontificia y Dama de la Rosa de Oro, debería su nombre a su abuelo materno Aarón Castellanos y su fortuna a su abuelo paterno, Nicolás Anchorena. En 1906 se casó con Zelmira Paz, viuda de Gainza y heredera del diario La Prensa agregó así al patrimonio familiar el tercer gran palacio de la plaza San Martín. El 1º de enero de 1908 a las nueve de la noche, en la confitería de los hermanos Canale en la calle Florida, un grupo de 45 locos –Anchorena, Newbery, Sebastián Lezica, Julián Paso Viola, Diógenes Aguirre, Carlos Aubone, Juan Cossio, Juan Carlos Vivot y Roberto Zimmermann, entre otros– fundó el Aéreo Club Argentino.


Durante los años 1935-1936, fue miembro de la Dirección de Parques Nacionales. En Uruguay desarrolló un famoso establecimiento de tipo agropecuario en la zona de la Barra de San Juan constituyéndose en una de las mansiones más hermosas de Sudamérica. Todas estas tierras, parque, edificaciones, etc. así como valiosas colecciones de arte y de valores históricos que formaban el haber total del mencionado establecimiento de la Barra de San Juan, fueron legados testamentariamente al gobierno uruguayo y hoy es utilizada como residencia presidencial.

En esa casa de la Barra de San Juan (Uruguay) Anchorena falleció el 24 de febrero de 1965 y sus restos mortales, según expreso deseo del extinto, fueron sepultados en el lugar.
Esta familia es la única nombrada en el
Martín Fierro de José Hernández.
Tan grande era la fortuna de los Anchorena que Estanislao del Campo, en su poema gauchesco "Fausto", pone en boca del diablo los siguientes versos para tentar al protagonista:

Si quiere plata, tendrá,/ Mi bolsa está siempre llena,/ Y más rico que Anchorena,/ Con decir quiero, será./

Aarón de Anchorena fallece en 1965, sin descendencia a los 88 años dejaba tierras a sus dos ahijados, Juan M. de Anchorena y Luis Ortiz Basualdo.

Aarón de Anchorena

 

HECHOS CURIOSOS

AARÓN FELIX MARTÍN fue el octavo hijo de los once que engendraron Nicolás Hugo Anchorena y María Mercedes Castellanos y el segundo Aarón de la familia. A su muerte, el padre de Aarón dejó entre otros bienes, veinte establecimientos ganaderos con una superficie de 273.600 hectáreas de las mejores tierras del litoral, pobladas con más de 150.000 vacunos y 400.000 ovejas. De Aarón Anchorena, por su parte, se decía que al terminar las grandes comidas que daba en los hoteles de Europa hacía destrozar la vajilla por un perro.

No menos ostentosos aunque prácticos, los demás Anchorena cuando viajaban a Europa, llevaban en el barco a los criados, cocineros, niñeras, choferes, como así también gallinas y vacas, para tener huevos y leche fresca. Clara Cobo de Anchorena, según la tradición oral, llevaba en su coche numerosas cajas con guantes, pues cada vez que usaba un par lo arrojaba a la calle. Paquín, de París, decía que sus mejores clientas eran la Reina de Rumania y Clara Cobo de Anchorena."

 Juan Esteban Anchorena, hijo de Domingo, comenzó su vida en el Nuevo Mundo desde muy abajo, con una pulpería instalada en 1767, tan modesta que pagaba el mínimo de impuesto. Su pulpería se convirtió pronto en una agencia de préstamos de dinero a clientes y vecinos en apuros o a comerciantes de menor escala, lo que le permitió a su dueño a acrecentar rápidamente el capital". Anchorena, para decirlo de otro modo, era almacenero y prestamista. 

Doña Mercedes Castellanos, la madre de Aarón levantó el primer palacio hacia fines de siglo en Maipú y Arenales, como regalo de bodas para su hija Matilde, casada con Carlos Ortiz Basualdo en 1896. El arquitecto que proyectó la obra fue Julio Dormal, el mismo que realizó el Teatro Colón. El palacio, que ocupaba tres mil metros cuadrados, tenía una suntuosa fachada, decenas de salones y habitaciones, y un solo baño en el piso central, se conservó hasta 1969 habitado por los Vertraeten Anchorena, hijos del segundo matrimonio de Matilde; los Ortiz Basualdo habían vendido su parte hacía años.

Aarón fue por largo tiempo secretario honorario de la legación argentina en la capital francesa. Allí descubrió el gusto por el deporte y la aventura, a los que consagró, en gran forma, largos años de su vida. Aarón fue el poseedor del primer brevet de piloto aéreo de la Argentina, y el propietario del primer globo aerostático que se elevó en el Plata. Atraído por la náutica, adquirió un gran yate de recreo, El Pampa, con el que en su momento cruzó el Atlántico.

Anchorena llegó a tener 300 empleados en su estancia DE Uruguay, de los cuales 100 se dedicaban al cuidado del parque. También mandó traer especies animales con la finalidad de dedicarse a la cacería; introdujo el ciervo axis y el jabalí. Su estancia llegó a ser un importante coto de caza en Sudamérica. Poco antes había confeccionado un testamento: dejaba tierras a sus dos ahijados, Juan M. de Anchorena y Luis Ortiz Basualdo. Pero lo más destacable es que el casco de la estancia con todo su parque pasó a manos del Estado uruguayo como agradecimiento al país quien lo albergo durante gran parte de su vida. Por tal razón, su nombre es muy conocido en Uruguay: su casa es utilizada como residencia de descanso presidencial. Desde 1990, el Parque Anchorena está abierto al público.

Los últimos diecisiete años, Aarón vivió en compañía del que quizá fue el gran amor de su vida, `La Negra`, una mujer que, según se dice, habría conocido en el Club de París, un famoso centro nocturno de la época. Cuenta la leyenda que "La Negra", como él le llamaba cariñosamente, no tenía fortuna ni apellido, apenas un nombre, Consuelo o Concepción y que Aarón se lo quitó, rebautizándola con el más simbólico de E. Llanura; extraño apellido, con llamativas resonancias simbólicas, que obedecería sin embargo a la necesidad de mantener en secreto su origen. "La Negra" estuvo a su lado hasta la noche del 24 de febrero de 1965 cuando Aarón fallece. En señal de gratitud por los muchos años de felicidad compartida, le legó una fracción de 800 hectáreas de las mejores tierras de su estancia".

Los restos de Aarón Castellanos descansan en el centro de lo que fue la llamada calle ancha que dividía según el contrato las dos secciones de la colonia, en lo que es hoy la plaza principal de la ciudad de Esperanza. Mirando al sur, dice una sencilla placa: "Aquí descansan los restos de Aarón Castellanos (1800-1880) Fundador de Esperanza".

 

 una de las mansiones más hermosas de Sudamérica en la zona de la Barra de San Juan Uruguay

 

moría Nicolás, el abuelo de Aarón, dejando una herencia

El 24 de mayo de 1885 moría Nicolás, el abuelo de Aarón, dejando una herencia valuada en 170 millones de pesos; una cifra verdaderamente astronómica a valores constantes. Desde entonces, sus descendientes constituirían la rama más rica de los Anchorena. Explicar el origen de semejante fortuna no es tarea sencilla.

Juan José Sebreli, autor del único ensayo - así define él mismo su trabajo para distinguirlo de la historia académica y excusarse de no siempre abrevar en las fuentes, en el que se estudia la saga completa de los Anchorena sostiene la tesis de que la fortuna familiar se origina, como otras, en la época colonial, con las "mercedes de estancia" otorgadas por el rey. Estos privilegios basados en el reparto de la tierra pública se habrían acentuado después de la revolución de Mayo y llegado a su culminación bajo el gobierno de Juan Manuel de Rosas.

En la cláusula 24 del testamento, redactado y escrito de su puño y letra en 1862, Juan Manuel de Rosas consigna un crédito de 78.544 pesos contra los señores Juan José y Nicolás Anchorena. El crédito correspondía a " el precio de mis servicios y de mis gastos en su beneficio pues les fundé y cuidé varias estancias en los campos entonces más expuestos" entre 1818 y 1830. (Rosas accede por primera vez a la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires en 1829). Tras la caída de Rosas, el 12 de octubre 1858 se sancionó una ley que declaraba pública toda la tierra donada desde el 8 de diciembre de 1829 hasta el 2 de febrero de 1852; ley que nunca se puso en práctica. Pero el reparto de la tierra pública aún no había terminado: en el período comprendido entre 1876 y 1893, que abarca los años de apogeo de Roca, se enajenaron 42 millones de hectáreas de tierras públicas, llegando a subastarse en una sola operación en Londres 400 leguas cuadradas a $ 0.48 la hectárea. El general Roca informaría luego al Congreso que hasta 1904, el Estado había otorgado títulos de propiedad que abarcaban 32.447.045 hectáreas.

valorización de la tierra

La enorme valorización de la tierra con la llegada del ferrocarril, multiplicó en forma asombrosa la fortuna de los propietarios que la habían adquirido prácticamente por nada o como prebenda de gobiernos amigos. Por otra parte, las vacas se multiplicaban solas, sin que hubiera que distraer fondos o tiempo en ello. Después de Caseros, al parecer, las ganancias empezaron a mermar, al menos en opinión de Nicolás Anchorena (h), quien se queja ante Benjamín Vicuña Mackenna de la crisis por la que atraviesa el agro. Sin embargo, a pesar de sus constantes lamentos, la fortuna de los Anchorena siguió en aumento. Hacia 1930, solamente diecinueve miembros de la familia, reunían 378.094 hectáreas sólo en la Provincia de Buenos Aires. Hectáreas, cabezas de ganado, el precio de ambos, la influencia política, el poder real, el brillo social, los lazos familiares y de conveniencia, los hijos, los palacios, los objetos de arte, todo se multiplicaba, como por milagro, como la multiplicación de los peces, en manos de los Anchorena.

Fragmentos de la obra "Aarón de Anchorena, Una Vida Privilegiada" del escritor uruguayo Napoleón Baccino.

 

HECHOS CURIOSOS

En 1909, enfrente de dicho palacio, en Arenales, Esmeralda y Basabilbaso, doña Mercedes mandó construir otro palacio para sus tres hijos varones: Aarón, Emilio y Enrique. El palacio, encomendado esta vez al arquitecto Alejandro Christophersen, es el más ostentoso de los de su clase. Poseía un jardín de invierno ovalado, una fuente sobre el patio que da a la calle Esmeralda, una asombrosa sucesión de chimeneas, un túnel con paredes giratorias destinado a bodega así como otro muchos lujos y extravagancias.

La casa familiar - aunque no, natal - de Aarón, estaba por supuesto, amoblada íntegramente en Europa, con piezas de gran antigüedad e incalculable valor. Veinticinco años después de inaugurado el palacio y habiendo atravesado la crisis del 30, los Anchorena no podían seguir manteniéndolo, por los que en 1936 fue subastado y adquirido para la actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en un millón y medio de pesos. Para muchos, aquel remate tuvo el valor simbólico del fin de una época y de una clase. Pero los Anchorena todavía contaban con otro palacio en la plaza San Martín. El casamiento de Aarón con Zelmira Paz, viuda de Alberto Gainza e hija de José Camilo Paz Cueto, "Director, Propietario y Fundador del diario La Prensa ", los puso en posesión del Palacio Paz, en Charcas y Maipú. La actual sede del Círculo Militar, comenzado en 1906 y terminado en 1908 a un costo de 4.500.000 pesos, fue proyectado en Francia por el arquitecto Luis Sortais e inspirado en el Louvre. Los Anchorena con sus palacios convirtieron en las décadas del veinte y del treinta a la Plaza San Martín, en una suerte de jardín privado. A otra escala, lo mismo que habían hecho con buena parte de las mejores tierras de la República Argentina. El 25 de diciembre de 1907 Aarón, con el legendario globo «Pampero» que había traído desde Francia, conjuntamente con Jorge Newbery, realizaron el primer vuelo en cruzar el Río de la Plata. Aarón de Anchorena fallece en 1965, sin descendencia a los 88 años.

El Teatro Colón de Buenos Aires fue construido entre 46 familias que aportaron 60.000 pesos cada una, entre las que contaban los Anchorena, con derecho a palco. El arquitecto que proyectó la obra fue Julio Dormal.

En el Cabildo estuvo preso Fabián Gómez Anchorena que se había enamorado de la actriz del teatro Colón: Teresa Gavotti. Los agarraron juntos en el hotel Argentino. Se considero un delito sacrílego. Al tiempo recobra su libertad y se embarcaron juntos para Europa.

La histórica Quinta de Anchorena dió origen y nombre al barrio de La Lucila [Buenos Aires, Argentina] y estaba a punto de declararse patrimonio histórico. Sin embargo días atrás fue demolida en forma clandestina, en un claro acto de engaño aprovechando el último fin de semana largo en el cual había menos gente en la ciudad y ningún funcionario legislativo en su puesto. Los propietarios no dieron aviso a la municipalidad ni presentaron el plano de demolición. La quinta Anchorena de La Lucila fue en sus comienzos un calmo bosque de olivos, que sirvió como emplazamiento militar por las Invasiones Inglesas. Finalmente se transformó en plácido lugar de veraneo. A comienzos del siglo XX se iniciaron grandes loteos y remates de tierras. Las primeras construcciones se realizaron en el área que actualmente está entre las vías del ferrocarril Mitre y Libertador. Se construyeron grandes residencias de familias de la aristocracia porteña, que habían elegido la zona para pasar temporadas de descanso cerca de la ciudad. Una de las primeras y sin duda la más importante fue La Lucila, lujosa mansión inaugurada en 1915. Construida por Juan Esteban de Anchorena, se llamó inicialmente Quinta de los Olivos y se intentó donarla para residencia presidencial. El regalo fue rechazado por encontrarse la mansión fuera de los límites de la Capital Federal. La quinta, entonces, fue regalada a la hija de Anchorena, Lucila Marcelina, casada con el militar Alfredo de Urquiza. Se la bautizó La Lucila en honor a su moradora.  Fue así que el paraje y luego el barrio tomaron el nombre de La Lucila.

 

Mirador La Lucila


quinta La Lucila

 

 
           

 

 

 

 

 
 

 

 

 
 

Todas las imágenes e información aquí publicados han sido obtenidas de Internet, todas pertenecen a sus creadores. Si en algún momento algún autor, marca, etc. no desean que estén aquí expuestas, solicitamos que nos contacten para poder tomar las medidas oportunas. Si alguno de sus autores desea que su material sea retirado agradecemos que lo comunique ya que no pretendemos aprovecharnos de sus trabajos, solo darlos a conocer en forma de cultura y sin fines de lucro. Gracias